Cristina Alcalá. Madrid
A pesar de que rechazan de lleno el futuro proyecto de Real Decreto sobre las Unidades de Gestión Clínica (UGC), que ultima el Ministerio de Sanidad, por no haber sido consensuado en el Ámbito de Negociación, el Consejo de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de Comisiones Obreras ha lanzado su particular decálogo para mejorar el texto, que previsiblemente saldrá después del verano, donde especifica que los directores de estas unidades deben tener dedicación exclusiva, es decir, que no lo compatibilicen con cualquier otra tarea.
Antonio Cabrera (CCOO) y Albert Tomàs (CESM).
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Siguiendo la estela de CESM, CCOO lanza una serie de propuestas sobre cómo debe desarrollarse la gestión clínica una vez implantada en los servicios de salud, y solo coinciden con el sindicato médico en la necesidad de diseñar un escenario específico para Atención Primaria, dadas sus características peculiares.
Estudio desde la perspectiva jurídica y laboral
En cuanto al resto de las propuestas, las dos organizaciones ponen su foco en cuestiones diferentes de las UGC. Por un lado, CESM hace gran énfasis en el aspecto jurídico de estas unidades (habla de que tienen que carecer de personalidad jurídica propia, así como que se respete la relación jurídica contractual del personal sanitario) y en su liderazgo (definido, transparente, igualitario, meritorio, de libre asignación y público, entre otros aspectos), mientras que CCOO se centra más en el aspecto laboral.
Asimismo, el sindicato que preside Albert Tomàs propone otras cuestiones que Comisiones Obreras ni plantea: implicación voluntaria en la gestión de los recursos; respeto de los adquiridos por el personal; impulso de una organización basada en los procesos asistenciales; contratos de gestión comprensibles; y autonomía de gestión real con el apoyo de las gerencias, que permitan un control periódico y permanente.
CCOO, por su parte, plantea que los objetivos que se alcancen sean claros, conocidos y medibles a través de indicadores; que las unidades estén definidas a través de ratios de personal que garanticen la calidad en la atención; así como establecer la incompatibilidad con las estructuras de servicio o departamentos, e impedir así que coexistan dos líneas jerárquicas.
Aspecto diferenciador entre ambos sindicatos
Donde ambos sindicatos chocan de lleno es en la incentivación de las unidades de gestión clínica. Mientras CESM defiende alicientes económicos vinculados al grado de cumplimiento de objetivo y no al ahorro del presupuesto pactado, Comisiones Obreras no quiere limitar los incentivos solo al aspecto económico, sino ligarlos también al desarrollo profesional, la formación continuada y la docencia.
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