La
pandemia de Covid-19 ha supuesto un reto profesional y personal para miles de profesionales sanitarios, obligados a protegerse y proteger a los suyos. Son muchos los que han tenido que renunciar incluso al
contacto con familiares durante semanas para preservar su seguridad. De hecho, la posibilidad de contagiar a sus hijos ha sido la principal preocupación de la mitad de las médicas que han luchado contra el virus en la pandemia.
Es una de las principales conclusiones extraídas en una encuesta realizada entre más de
2.700 médicas con hijos en Estados Unidos para conocer el impacto de la pandemia en este colectivo. La mitad de las encuestadas desarrolló su actividad en un
área de gran incidencia Covid. Entre el 48 y el 52 por ciento, dependiendo del nivel de preparación, aseguraron que su principal miedo durante la crisis fue
exponer a su familia a un posible contagio.
De acuerdo con las respuestas obtenidas, menos de la mitad de estas madres se sintieron
profesional o personalmente preparadas para la pandemia. Solo tres de cada diez profesionales de emergencias lo hicieron a nivel personal y el 49 por ciento a nivel profesional.
Tras analizar los resultados en profundidad, los investigadores de la universidad de Wayne (Detroit) también descubrireron una
mayor preocupación por la educación en casa, los cambios en la vida familiar y las
dificultades financieras por parte de aquellas madres que aseguraron no sentirse preparadas para afrontar la pandemia frente a las que sí lo hicieron. Estas también orotgaron mayor importancia a la
falta de equipos de protección personal y un
mayor miedo a fallecer debido al Covid-19.
Horas extras voluntarias
En el terreno laboral,
la moral del equipo de trabajo se convirtió en la principal prioridad de las profesionales. De hecho, ocho de sus diez preocupaciones principales durante la pandemia estuvieron relacionadas con sus
compañeros de trabajo y el personal de su centro. En este sentido, las facultativas mostraron cierta inquietud por la
salud mental de los trabajadores, la formación interrumpida de algunos estudiantes y las consecuencias a corto y largo plazo en aquellas personas dedicadas al campo académico de la Medicina.
El 12 por ciento decidió voluntariamente incrementar sus horas de trabajo, mientras que al 6% se les pidió que aumentaran su jornada con la llegada del virus.
"Las médicas tienen factores estresantes únicos y se ha demostrado que están
más insatisfechas con el equilibrio entre el trabajo y la vida personal que sus homólogos masculinos", afirmaba Ryan Melikian, estudiante de segundo año de Medicina en esta universidad, al presentar las conclusiones de la encuesta. "Estas mujeres también se enfrentan a las responsabilidades diarias de
ser tanto médico como madre, asumiendo la mayoría de los roles domésticos y familiares, incluido el cuidado de los niños", explicaba.
La crisis sanitaria supuso además un
cambio en la rutina de más del 90 por ciento de las trabajadoras: un 55 por ciento modificó sus horarios para prestar consultas 'online' mientras que el 38 por ciento tuvo que adaptarse al teletrabajo. En varios de los casos, el cambio de jornada tuvo que ver con la
conciliación y el cuidado de los hijos. Pese a todo, el 63 por ciento aseguraron sentirse satisfechas con la cantidad de tiempo que pasaron con sus familias durante la crisis sanitaria.
Las madres de adolescentes, las más preocupadas
En un análisis posterior, otra de las estudiantes, Anni Savka descubrió cómo la
edad de los niños podía variar el nivel de preocupaciones de las profesionales. Así, el 52 por ciento de las madres con hijos adolescentes no tuvo que modificar su rutina mientras que, en el caso de los hijos pequeños, este porcentaje se redujo al 32 por ciento.
Las sanitarias con hijos más mayores eran casi siempre las que se encargaban de ayudarles con las tareas escolares. El 61 por ciento mostró más inquietud ante la posibilidad de
exponer a su conyúge a una posible infección, en comparación con el 44 por ciento que reflejaron aquellas con hijos menores.
Estas también se mostraron
más preocupadas por la seguridad y la salud de sus padres, la escolarización de sus hijos en casa y la separación de su familia debido al Covid-19. "Las necesidades de las madres y médicas son consideraciones importantes para la preparación para una pandemia futura", argumentaba Savka.
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