Los brotes de coronavirus se han producido periódicamente, pero ninguno ha sido tan devastador como la pandemia de Covid-19.
Vivek Govind Kumar y otros compañeros del laboratorio de Mahmoud Moradi, en la Universidad de Arkansas (EEUU), han descubierto una razón que probablemente hace que el SARS-CoV-2 sea mucho más infeccioso que el SARS-CoV-1, que causó el brote de SARS de 2003. Moradi presentará la investigación el jueves 25 de febrero en la 65ª Reunión Anual de la Sociedad Biofísica
El primer paso en la infección por coronavirus es que el virus ingrese a las células. Para esta entrada, las proteínas de pico en el exterior del virus del SARS-CoV deben reposicionarse. Los científicos conocen la posición de los estados "inactivo" y "activo" de las proteínas de pico de los virus SARS-CoV-1 y -2, pero Moradi y sus compañeros querían estudiar cómo los picos se movían de una posición a otra y la dinámica de esos movimientos. Recurrieron a las
simulaciones moleculares, realizadas en el Texas Advanced Computing Center y el Pittsburgh Supercomputing Center.
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"Descubrimos en estas simulaciones que el SARS-CoV-1 y el SARS-CoV-2 tienen
formas completamente diferentes de cambiar su forma y en diferentes escalas de tiempo", explica Moradi. "El SARS-CoV-1 se mueve más rápido, se activa y desactiva, por lo que no le da tanto tiempo para adherirse a la célula humana porque no es tan estable.
El SARS-CoV-2, por otro lado, es estable y está listo para atacar", agrega.
Hay una región al final de la proteína de pico que se ha ignorado en gran medida en la investigación, afirma Moradi, pero esa pieza es importante en la estabilidad de la proteína. Las mutaciones en esa región podrían afectar la transmisibilidad, dice, y vale la pena prestarle atención. La otra implicación de su investigación es que "podríamos
diseñar terapias que alteren la dinámica y hagan más estable el estado inactivo, promoviendo así la desactivación del SARS-CoV-2. Esa es una estrategia que aún no se ha adoptado", explicó Moradi. .
Es valioso poder hacer este tipo de simulaciones, afirma Moradi, en caso de que surja un nuevo coronavirus o el SARS-CoV-2 muta para que puedan predecir si el nuevo virus o variante podría tener mayor transmisibilidad e infección. Ahora han comenzado a estudiar la nueva variante SARS-CoV-2 B.1.1.7 en el laboratorio para detectar diferencias en sus movimientos.
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