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Con la pandemia, "la alta esperanza de vida se ha vuelto en nuestra contra"

Rafel Ortí (Sempsph) explica que esta cuestión ha provocado que España tenga un mayor índice de población vulnerable

Rafael Ortí.

30 ago 2020. 16.10H
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POR JESÚS MEDIAVILLA
España es uno de los países con mayor esperanza de vida del mundo, algo que, sumado a otros factores como una dieta saludable y un estilo de vida activo, se ha considerado uno de los mayores éxitos de nuestro sistema de salud, también considerado uno de los más destacados del planeta. Sin embargo, la pandemia del Covid-19 podría haber convertido a este aspecto considerado una virtud en un arma de doble filo.

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La pirámide poblacional muestra que la sociedad española está muy envejecida en comparación con el resto de países de su entorno. En un contexto de crisis sanitaria, y sumado a la elevada esperanza de vida, explica que nuestro país concentre a 9 de las 20 regiones europeas con mayor mortalidad por coronavirus. “La esperanza de vida, que siempre se ha vendido como un éxito de nuestro país, pero ahora se vuelve en contra porque tenemos mayor número de gente vulnerable”, asegura a Redacción Médica Rafael Ortí, presidente de la de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (Sempsph).

Ortí: "A las residencias no se les ha exigido que estuvieran medicalizadas con unos mínimos"

“La letalidad es mayor en gente de avanzada edad”, apunta Ortí, quien explica que “que España tenga más mortalidad se debe a que tiene una mayor incidencia de casos”. Hay muchos factores y este es uno de ellos.

Otra de las causas a las que hace referencia el presidente de la Sempsph tiene que ver con el lugar en el que se encuentra una parte importante de este colectivo vulnerable conformado por las personas mayores: las residencias. “Los datos avalan que, en muchas de las residencias, que no todas, ha habido una gran letalidad”, recuerda.

“Tenemos centros sociosanitarios con muy mala calidad que no debieran de haber existido”, señala Ortí, al tiempo que advierte que “la sociedad española ha permitido que hubiera lugares donde tenemos a gente mayor, padres y abuelos, en unas condiciones que no debieran estar y que requerían mejores sistemas de control y de calidad asistencial”. Por ello, insiste en la idea de que en los países del norte de Europa “no hubieran permitido abrir residencias” en las condiciones en los que se ha hecho España.


Pocos recursos


Esto es lo que estaba pasando en los países poco desarrollados porque hay pocos recursos, y se priorizan para unas actividades y no para otras”, lamenta Ortí. A su juicio, el ámbito sociosanitario se ha descuidado durante los últimos años, lo que ha situado a España “en la cola de Europa” en este ámbito.

Para sustentar su tesis se fija en el caso concreto de la Comunidad de Madrid, en donde entiende que “se ha permitido en 10 años reducir el gasto sanitario, así como que algunas empresas se dedicaran a ganar dinero”. “No se les ha exigido que estuvieran medicalizadas con unos mínimos para la atención adecuada de la gente”, incide, aunque también sostiene que esta suposición “es fácil decirla a tiempo pasado”. A pesar de ello, insiste en que “son cosas que las vamos viendo”.

Del mismo modo, Ortí considera que si no se atienden adecuadamente los servicios de Salud Pública a la hora de hacer vigilancia aumenta la incidencia de casos. En España, “ha habido casos que se han podido evitar. Si hay más casos, hay más ingresos, también en la UCI, y más mortalidad”.

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