"Salvar vidas" y no la Semana Santa fue el lema propuesto por el
Ministerio de Sanidad y las consejerías para evitar lo que ocurrió después de Navidad: que haya una nueva ola de coronavirus. Los expertos consideran que llegará aunque, según señalan, esto dependerá de las medidas que se tomen. Los más pesimistas hablan de que sea justo después del puente.
Este puente de San José ya se han puesto en marcha las restricciones acordadas en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud que incluyen, entre otras, la
prohibición de desplazarse entre comunidades autónomas.
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Con la
incidencia acumulada 'estancada', y con la
OMS alertando del riesgo de un aumento de contagios, Redacción Médica ha consultado con miembros de algunas de las principales sociedades científicas del país qué les parecen estas medidas, si las consideran suficientes, y si creen que la cuarta ola llegará antes o después y cómo.
¿Son sufientes las medidas adoptadas para los puentes?
Pedro Gullón, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), explica que aunque la incidencia acumulada haya disminuido en las últimas semanas, "estamos viendo ya una
estabilización del descenso, que incluso puede traducirse en un aumento de transmisión en los próximos días o semanas que, con la ocupación hospitalaria alta que todavía hay, podría saturar los hospitales pronto".
"Por ello,
es prudente limitar las actividades en función de la situación. Ante un previsible aumento de la movilidad en Semana Santa tenemos que ser muy cautelosos y es positivo que se acuerden medidas en conjunto que eviten unos desplazamientos masivos, especialmente aquellos que no se realizan por actividades esenciales (familiares o laborales)", añade.
Tanto
Jesús Manglano, presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), como
Fernando García-Sala, presidente de la Sociedad Española de Pedriatría Extrahospitalaria de Atención Primaria (Sepeap), consideran que las medidas adoptadas deberían ser suficientes siempre y cuando se cumplan.
"Está demostrado que el contacto social -a nivel familiar y a nivel de comunidad-es el responsable del mayor número de contagios donde se relajan las medidas de protección. Con los datos que disponemos y con la escasa población vacunada con las dos dosis hemos logrado disminuir los contagios aunque desde hace unos días la curva se enlentece e incluso se estaciona. Es importante la responsabilidad individual.
Debe prevalecer el interés sanitario sobre el económico por muy doloroso que sean las consecuencias, pero estamos hablando de vidas y no de dinero", asegura García-Sala.
¿Echan alguna medida frente al Covid en falta?
Gullón considera que en general, además del marco general común, las CCAA que tienen peores datos o una evolución menos positiva podrían plantearse medidas de acuerdo a su nivel de riesgo. "Además de la movilidad, hay que controlar las actividades que ocurren dentro, especialmente en aquellas regiones que tienen unos indicadores de riesgo peores", indica.
Coincide con él
Alejandro Conde Sampayo, miembro de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (Sempsph), que añade que consideran necesarias no solo esas medidas generales, "sino que hay que ajustar mejor las recomendaciones a los diferentes niveles de alerta, así como la definición de estos, que
se encuentran francamente anticuados. Es tan o más importante ser capaces de reconocer que zonas van peor así como aplicarle las restricciones que sean efectivas acorde a esa alta incidencia".
También ven necesario mejorar las medidas que se
aseguren el cumplimiento de las restricciones. "Es de sobra conocido, que esto es casi tan importante como las restricciones en si, pudiendo poner de ejemplo las medidas de seguridad vial con los controles de alcoholemia y radares que tienen como finalidad controlar e incentivar el cumplimiento de las normas. Sin estos controles, las limitaciones de velocidad y la prohibición de conducir habiendo consumido alcohol, no tendrían el efecto esperado debido a una mala puesta en práctica", asegura el miembro de la Sempsph.
¿Habrá una cuarta ola?
Todos consideran que habrá un aumento de casos -sobre todo a tenor de la situación en Europa- aunque no se ponen tan de acuerdo sobre cuándo ni qué impacto tendrá. "
La suspensión de la vacunación con la vacuna de Astra Zeneca, cuando estaba alcanzando unos niveles adecuados de vacunación de forma masiva, y el incremento en el número de casos y fallecidos del 17 de marzo, no son una buena señal de la evolución de la pandemia. Este cambio de tendencia puede ser un presagio del inicio que la cuarta ola. La experiencia en las oleadas anteriores, consecuencias de la relajación de las medidas impuestas, es otro de los argumentos para preverla", asegura
Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
"A pesar de que, como el resto de olas, son evitables,
consideramos muy probable que haya una nueva. En Europa, con la decisión de convivir con el virus, se asumen nuevos incrementos de contagios a medida que se bajan las medidas. Con ello no queremos causar alarmismo, pero si remarcar la necesidad de no bajar la guardia ante el descenso de la incidencia", asegura
Conde Sampayo. Explica que la velocidad de subida dependerá del ritmo de desescalada que se decida utilizar: "Cuanto más lenta y más baja sea la incidencia cuando se decide avanzar en la desescalada, la frenada del descenso o el ascenso de incidencia será menos marcado y, por tanto, habrá mayor margen de detección y acción". Por otro lado, señala que reaccionar rápido ante el inicio del incremento de la incidencia podría "permitirnos no repetir errores del pasado y cortar la fase de ascenso desde un inicio sin esperar a alcanzar grandes picos de incidencia".
Otro de los puntos que indican la mayoría de expertos consultados es la
vacunación. "El hecho de que una parte de la población vulnerable este vacunada permitirá que, ante la misma incidencia comparado con la época anterior a las vacunas,
las consecuencias reflejadas en fallecimientos y hospitalizaciones sean menores. Aunque -prosigue Conde Sampayo- esto tiene un doble filo, y es que si se deciden tomar las ampliaciones de las restricciones según el nivel de fallecidos o ocupación hospitalaria significaría que se esperará a una notablemente mayor incidencia que en antaño para tomar medidas, lo cual no es, ni de lejos, lo deseable".
"Por ello, además de una correcta aplicación de estas medidas básicas, esperamos que se pongan en práctica y actualicen los indicadores de los niveles de riesgo, que a 15 de Marzo de 2021 están anticuados, sustituyéndolos por unos nuevos que incluyan una revaloración más actualizada de la situación, teniendo en cuenta tanto lo aprendido en estas dos últimas olas, así como la nueva situación del país (tanto en lo concerniente al número de vacunados como teniendo en cuenta la evolución de las nuevas variantes), añade Conde Sampayo.
¿Cuándo será?
"Puede que no haya una cuarta ola después de Semana Santa, según los modelos de predicción basados en cuáles son las medidas o costumbres sociales", explica
Germán Peces-Barba, vicepresidente neumólogo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), aludiendo a las estimaciones de la Universidad de Washington. Cumpliendo con las medidas impuestas, considera que no tendría que haber esos rebrotes.
"Espero que no se produzca pero de producirse sería similar a la acontecida entre 15 y 45 días después de Navidad. Es decir, si relajamos las medidas en Semana Santa y Fallas, aunque no sean fiestas familiares pero si sociales, podríamos tener esa cuarta oleada en el mes de mayo", señala el pediatra García-Sala Viguer.
Armenteros considera que es "difícil confirmar ola fecha de inicio, pero estas señales nos indican que con un alto grado de probabilidad la cuarta ola puede estar comenzando. Alcanzando un nivel peligroso una vez
pasadas las fiestas de Semana Santa. Si no se cumplen las medidas de seguridad y los consejos marcados por las Autoridades, esta ola será irremediable".
¿Cómo será?
Y de llegar esta cuarta pandemia, Armenteros considera que "protegidos los mayores, la población más susceptible serán afectados las de franjas de edad menor y sobre todo de jóvenes, ya que son estos los qué tienen menor temor a la enfermedad y una percepción del riesgo disminuida".
"Es probable que los contagios sean muy rápidos pero dada la edad de los infectados, la sintomatología podrá ser menos grave; no obstante, la posibilidad de tener un gran número de infectados podría provocar una sobrecarga en los hospitales y probablemente las UCI.
Toda esta previsión podrá variar si se recupera un alto ritmo de vacunación y un mayor número de población protegida, unido a una climatología más benévola con mayor posibilidad de convivencia en la calle. Estas dos posibilidades podrían hacer que la cuarta ola quedase en una previsión equivocada", asegura el médico de Familia.
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