La falta de medios en hospitales y los retrasos en diagnósticos e intervenciones fueron algunas de las principales repercusiones de la crisis del coronavirus en la asistencia sanitaria, un fenómeno que motivó
reclamaciones de indeminización de los afectos. La responsabilidad, sin embargo, no siempre puede ser achacable al centro a los profesionales del mismo, han convenido este miércoles los ponentes de la mesa redonda
organizada por Promede.
Voces autorizadas del sector sanitario y legal han debatido acerca de la relación del Covid-19 y la
“pérdida de oportunidad”, que hace referencia a la situación en la que un individuo se ve privado de la posibilidad de obtener una determinada ventaja de una actuación administrativa, en este caso un error médico. Se trata de una herramienta legal destinada a
reparar el daño de un paciente aunque no haya certeza de la relación causal entre la conducta del médico y el resultado de la actuación.
“No es un premio de consolación”
¿Hasta qué punto se puede responsabilizar a los profesionales sanitarios de los errores que puedan haberse cometido a lo largo del primer año de pandemia? Según los expertos, lo conveniente es “analizar caso por caso”. En este sentido,
Ofelia de Lorenzo, directora del área jurídico-contenciosa de De Lorenzo Abogados, ha destacado que “no todo el daño que haya acontecido durante la pandemia va a ser susceptible de que se le aplique la pérdida de oportunidad”.
Primero, porque a la falta inicial de información acerca del coronavirus se sumó la
carencia de medios materiales para hacerle frente en los hospitales, ha opinado De Lorenzo. Aspectos que ponen obstáculos a la hora de discernir entre si un error fue por causa de fuerza mayor o una incertidumbre causal que deba ser indemnizada. “Si cuando empezó la pandemia los hospitales no tenían medios,
esto no se le puede reprochar al hospital ni al médico”, ha sentenciado.
Por su parte,
Julio Albi, socio de DAC Beachcroft, ha incidido en que los problemas del Covid pueden haber provocado retrasos en la realización de cirugías y diagnósticos, si bien ha apuntado que “la limitación de medios” viene dada de la situación actual y es “consustancial” a las diferentes administraciones. “
¿Quién recabaría la responsabilidad? ¿Esa dispersión competencial no siempre del todo nítida supondría otro problema para los reclamantes, es muy complicado y no es aconsejable dar una respuesta universal”, ha apuntado.
Los ponentes han coincidido en que aplicar esa “pérdida de oportunidad” para la indemnización resulta “realmente complicado por las circunstancias”.
José Carlos López Martínez, magistrado letrado del gabinete técnico de la Sala Primero del Tribunal Supremo, ha destacado en este sentido que “si no hay negligencia, por mucho que haya posibilidad de acreditar nexo causal no se va a poder establecer una responsabilidad”. “Si la probabilidad es tan pequeña que es irrelevante no hay que dar algo, no es un premio de consolación,
como si el paciente siempre tuviera que ser indemnizado”, ha destacado.
Interrupción de la atención médica
Lo cierto es que existen indicios de que “un número importante de pacientes” se ha visto “privado de la oportunidad de ser diagnosticados y tratados a tiempo durante la pandemia”, ha apuntado María Rodríguez de Alba, directora de responsabilidad sanitaria de Promede. A modo de ejemplo, ha puesto de relieve que en el último año
se diagnosticaron un 21 por ciento menos de nuevos casos de cáncer, mientras que seis de cada diez pacientes con enfermedades raras vieron interrumpida su atención médica. A su vez, los ingresos en unidades de ictus cayeron un 55 por ciento. “Las reclamaciones vienen por estas causas”, ha apuntado.
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