Controlar y evitar los rebrotes ha pasado a ser una prioridad en nuestro país en tanto el
número de infectados no deja de crecer y la idea de una
segunda ola de Covid-19 cobra cada vez más fuerza. Cómo hacerlo es la pregunta que se hacen muchos en estos momentos. Expertos como
Salvador Macip apuestan por la realización de un
“gran número de test” y un “
buen rastreo de contactos”. Todo ello
sin descartar un “nuevo confinamiento” como última opción.
“Desconfinar sin que el virus haya desaparecido lleva a rebrotes”, explica este investigador a
Redacción Médica. Y es que
frenar la curva de contagios continúa siendo, defiende, el
principal reto que plantea el Covid-19, a la espera de
una vacuna efectiva o algún fármaco “que pare el virus” y con la certeza de la llegada de una segunda ola de contagios “en cualquier momento”.
España no es el único país que debe hacer frente a
nuevos brotes de Covid-19. Sin embargo, aclara Salvador, es difícil comparar datos con otros países ya que no hay un
protocolo sistematizado para contabilizar las cifras relacionadas con el virus y es necesaria “una coordinación a nivel mundial”.
Cada pandemia, detalla este investigador, es diferente. La del Covid-19 se ha producido además en una época de
hiperconexión, donde es posible
viajar constantemente de una punta a otra en cuestión de horas, lo que dificulta enormemente la capacidad de erradicar el virus. “Hay quien tiene la sensación que ya podemos estar tranquilos, pero no es así. Ni siquiera sabemos si lo peor ha pasado”, advierte.
Falta de recursos en investigación
La única cosa que permitirá “dar por terminada la pandemia”, asegura el experto, será la
inmunidad de grupo. Algo que se conseguirá con la llegada de la
vacuna y no de forma forma espontánea, es decir, “dejando que la gente se infecte”, ya que esto supondría una elevada cifra de fallecidos.
Sin embargo, y aun a pesar de que ser más breves de lo habitual, los tiempos para poder obtener una vacuna viable son largos. Una vez realizados los estudios y pruebas clínicas, “se pasa a la
fase de producción, distribución y administración, que puede ser
igual de larga que la del desarrollo”.
Este escenario sería muy diferente, afirma Salvador, si la
investigación en coronavirus “hubiera tenido los recursos que los expertos están reclamando” desde que en 2003 apareció la SARS, la primera enfermedad seria causada por esta familia de virus.De ser así, ahora “probablemente
tendríamos algún fármaco útil y quizás una vacuna básica que nos permitiría ir más rápido”.
La
falta de fondos en investigación no es algo puntual. En palabras de Salvador, la
ciencia en España tiene un
déficit crónico de financiación desde hace mucho tiempo. Por ello, no solo demanda más dinero destinado a este sector sino también que este llegue a su destino final, los laboratorios, puesto que hay veces que “gran parte se queda por el camino”.
El trabajo de este investigador y su equipo en la Universidad de Leicester, en Inglaterra, ha sido uno de los que se ha visto
paralizado con la llegada del Covid-19. A día de hoy los laboratorios continúan cerrados ya que la ciudad en la que se encuentran sigue confinada y tratan de hacer lo que pueden desde casa.
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