Un nuevo estudio publicado este jueves en
Lancet Public Health ha descubierto que los trabajadores d
e atención médica de primera línea con equipo de protección personal (EPI) adecuado tienen u
n riesgo tres veces mayor de contagiarse de coronavirus en comparación con la
población general. Aquellos con
EPI inadecuado tuvieron un aumento adicional en el riesgo.
El estudio también encontró que los trabajadores de la salud de origen
negro, asiático y
de minorías étnicas (BAME) tenían más probabilidades de dar positivo. Utilizando la aplicación
COVID Symptom Tracker, los investigadores del King's College de Londres y la Universidad de Harvard
analizaron datos de 2.035.395 personas y 99.795 trabajadores de atención médica de primera línea en el Reino Unido y Estados Unidos.
La prevalencia de SARS-CoV-2 fue de
2.747 casos por 100.000 trabajadores de atención médica de primera línea en comparación con
242 casos por 100.000 personas en la comunidad en general. Un poco más del
20 por ciento de los trabajadores de atención médica de primera línea informaron al menos un
síntoma asociado con la infección por SARS-CoV-2 en comparación con el
14,4 por ciento de la población general. Fatiga, pérdida de olfato o sabor y voz ronca fueron especialmente frecuentes.
Los trabajadores de la salud de BAME tenían un riesgo especialmente alto de infección por SARS-CoV-2, con un riesgo al menos cinco veces mayor de infección en comparación con la comunidad general blanca no hispana.
Riesgo elevado de infección aun con EPI
El profesor
Sebastien Ourselin, autor principal del King's College London, señala que "los hallazgos de nuestro estudio tienen un tremendo impacto para los trabajadores de la salud y los hospitales. Los datos son claros al revelar que todavía
existe un riesgo elevado de infección por SARS-CoV-2 a pesar de la disponibilidad de EPI".
"En particular, observamos que la comunidad BAME experimenta un riesgo elevado de infección y, en algunos casos,
carece de acceso a un EPI adecuado o reutiliza equipos con frecuencia", añade.
Los investigadores dicen que su estudio no solo muestra la importancia de la disponibilidad adecuada y el uso de EPI, sino también la
necesidad crucial de estrategias adicionales para proteger a los trabajadores de la salud, como garantizar la correcta aplicación y eliminación del EPI y evitar la reutilización, lo que se asoció con un mayor riesgo.
También se observaron diferencias en la adecuación del EPI según la raza y el origen étnico, y los trabajadores de la salud blancos no hispanos informaron con mayor frecuencia la
reutilización o el acceso inadecuado al EPI, incluso después de ajustar la exposición a pacientes con Covid-19.
Estrategias de protección adicionales
El primer autor conjunto,
Mark Graham, del King's College de Londres, resalta que "el trabajo es importante en el contexto de las
tasas de mortalidad más altas ampliamente reportadas entre los trabajadores de la salud de los antecedentes BAME. Con suerte, una mejor comprensión de los factores que contribuyen a estas disparidades informará los esfuerzos para mejorar proteger a los trabajadores", añade.
Por su parte,
Claire Steves, investigadora clínica principal del King's College London, resalta su satisfacción porque se hayan incorporado máscaras y distanciamiento social donde es posible para todas las interacciones en los hospitales. "
Necesitamos asegurarnos de que esto sea reforzado y sostenido en todo el servicio de salud, incluso en entornos de atención médica fuera de los hospitales, por ejemplo, en residencias", apunta.
"
Las estrategias de protección adicionales son igualmente importantes, como la implementación del distanciamiento social entre el personal de atención médica -prosigue-. También se deben considerar protocolos más estrictos para socializar entre el personal de atención médica".
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