Italia continúa siendo una de las zonas más azotadas por la
pandemia del Covid-19, registrando, a día de hoy, la cifra más alta de contagiados y fallecidos de Europa. Según las cifras aportadas por los organismos oficiales, la
letalidad en el país
estaría
próxima al 10% y la cifra de contagiados en torno a 55.000. Estas cifras han causado cierta controversia y no todos las consideran como válidas.
En comparación con el resto de países afectados, la letalidad en Italia sería una de los más elevadas superando ampliamente a regiones como
Alemania, con un 6% o
China, foco del brote, con un 3%.
Un informe del
Instituo Italiano para el Estudio de la Política Internacional (ISPI), considera que estos datos no reflejan la "letalidad real" del virus. De hecho, esta cifra se reduciría, según las investigaciones de este organismo, al 1,14%. ¿El motivo? La
falta de un registro completo de personas infectadas. El cómputo no refleja aquellos pacientes afectados a los que no se les ha realizado la prueba de coronavirus para verificar su positividad. Según los cálculos del ISPI, en Italia habría unos
530.000 casos positivos, frente a los 55.000 confirmados oficialmente.
Según explica Matteo Villa, investigador del ISPI, "es natural que no se realice el
test a todos los contagios". En primer lugar, por la existencia de
personas asintomáticas, que no son conscientes de haber contraído el virus. Durante una epidemia, además, el ritmo de contagios es tan alto que los
servicios sanitarios están desbordados y no hay pruebas para todos. De hecho, llega un momento que se reservan a los casos más críticos.
En este punto, es importante
diferenciar letalidad de mortalidad. La letalidad refleja el número de personas fallecidas respecto al total de pacientes positivos por
Covid-19. Si hablamos de mortalidad, nos referimos al número de personas que mueren a causa de coronavirus entre la población total (infectados y no infectados). Villa ponía un ejemplo: "Si hay 10 infectados y 5 muertos en un país de 100 habitantes, la tasa de letalidad será del 50% pero la tasa de mortalidad del 5%".
"En Italia la cepa de coronavirus no es mucho más letal que el mundo"
Hay investigaciones que señalan el
colapso del sistema nacional de salud como posible causa para explicar estas diferencias entre el número de contagios y la letalidad de la enfermedad. También se contemplan posibles mutaciones genéticas del virus a nivel local, el clima del país o los propios hábitos de vida de los italianos, más acostumbrados a vivir con padres y abuelos en un mismo hogar, lo que
aumentaría considerablemente la posibilidad de contagio en grupos de riesgo.
Al margen de estas hipótesis, Villa cree que lo primordial, aunque resulte complicado, sería averiguar el
índice de letalidad plausible, y no aparente, estimando el número total de infectados para dividirlo entre el número de fallecimientos confirmados. Esto arrojaría una idea realista de cuántas personas infectadas pierden realmente la vida a causa del
Covid-19. Si nos fijamos en la letalidad aparente, la imagen resultante sería errónea. Un reciente estudio demuestra que la letalidad plausible de coronavirus en China es del 0,66%.
Estos datos hacen pensar que en Italia, "no hay una cepa de coronavirus mucho más letal que en el resto del mundo". La posible letalidad del virus
varía con la estructura de edad y su propagación en la población: con la misma cantidad de personas infectadas, explica Villa, "es natural esperar un mayor número de muertes en Italia que en China porque la población italiana es claramente mayor que la china".
Aunque el virus sea "menos letal" de lo que imaginábamos, sigue teniendo el "mismo peligro". Es decir, el porcentaje de letalidad sería menor al aumentar el número potencial de personas infectadas, pero la tendencia de muertes sigue siendo la misma. De hecho, en los países donde el colapso de los sistemas de salud sea mayor, podría haber una parte de las muertes por Covid-19 que no se registrasen, porque no habrá "tiempo ni recursos" para realizar pruebas port-mortem.
La detección de casos positivos, mayor que en otros países
Las cifras obtenidas hasta ahora no "reflejan el comportamiento de la epidemia" en los diferentes países. En los primeros días, la letalidad italiana se situó en torno al 3%. Entre el 25 de febrero y el 1 de marzo incluso disminuyó gradualmente al 2%. A partir de ese día, cambió de rumbo y comenzó a aumentar, gradual y linealmente, llegando al 9,9% el 24 de marzo.
Villa justifica estos movimientos en el cambio de política sobre la realización de pruebas solicitado por el gobierno italiano para adaptarse a lasrecomendaciones de la OMS. Son muchos los que se han preguntado por qué los casos en Italia comenzaron a crecer exponencialmente tan solo una semana después de descubrirse el primer caso el pasado 21 de febrero.
Hasta el 28 de febrero, varias regiones comenzaron a hacer pruebas en una muestra relativamente grande de la población, analizando y, por lo tanto,
sacando a la luz a muchas personas infectadas pero asintomáticas, por ejemplo,contactos directos de otros personas positivas. La detección de positivos en
coronavirus fue por tanto mayor que en otros países. Sin embargo, a partir de esa fecha el número de test se limitó para no someter a los laboratorios a una carga de trabajo excesiva.
Tanto es así, que dependiendo del número de test realizados y las medidas de protección de cada región, la tasa de letalidad varía bastante entre una y otra. En aquellas en las que se realizaron más pruebas, se detectaron más personas asintomáticas, y por tanto el porcentaje es menor.
Una posible solución, según Villa, sería comparar la letalidad aparente y la letal plausible para estimar estimar
cuántas personas hay realmente infectadas por el virus en Italia. Para ello, habría que dividir la letalidad aparente entre la plausible. A la cifra obtenida, hay que restar el número de personas curadas de manera plausible, utilizando el porcentaje de curados entre el número de casos positivos cofirmados.
"Para poder imaginar el período posterior a la emergencia, será necesario
adoptar métodos para rastrear a las personas potencialmente contagiosas, con
síntomas o no, y tratar de aislarlos para mantener la epidemia bajo control", detalla Villa.
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