Nutri-Score, el sistema de
etiquetado nutricional ya implantando en algunos países de la Unión Europea y que se espera aprobar en España
antes de final de año, ha recibido tanto críticas como alabanzas por parte de expertos y asociaciones de Nutrición, y aunque fuentes del ministerio de Consumo ha reconocido que no es cien por cien perfecto, consideran "razonable ponerlo en marcha".
La polémica ante este etiquetado surgía hace unas semanas, tras asegurarse que
el aceite de oliva no será incluido. Así, productores de otros alimentos clave de la
dieta mediterránea, como el jamón o el queso ibérico, consideraron injusto "ser penalizados". Ante esto, fuentes del ministerio de Consumo
descartan que vayan a excluir más productos y aclaran que "el sistema es voluntario, no existe la exclusión formal si no que cualquier sector puede auto excluirse", respondiendo así a los que piden 'salvarse' del semáforo nutricional. "
No vamos a mentir al comité científico. La exclusión del aceite solo se hace por razones científicas", explican desde el ministerio.
A su vez, desde el ministerio reconocen como razonables algunas de las críticas recibidas al nuevo sistema, "como la falta de
trazabilidad", y aseguran que "
alguno de estos déficits tienen que ser corregidos en el futuro, teniendo en cuenta que naturalmente estamos buscando un
identificador sintético de muchos fenómenos, que no son fáciles de reducir".
Sin embargo, Nutri-Score
tampoco aborda la dimensión del procesamiento de los productos. "Esto es algo que junto con la trazabilidad tenemos que ir complementando de forma posterior", detallan desde Consumo, "aunque de lo que más evidencia científica hay es del impacto de determinados componentes nutricionales como la sal, grasa, azúcares sobre enfermedades crónicas y diferentes tipos de cáncer, también hay ya pruebas suficientes de que el
procesamiento de los productos es perjudicial para la salud y el impacto ecológico es alto".
En contraposición, apuntan que Nutri-Score es el mejor y más completo de todos los sistemas,
"nosotros estamos debatiendo si mejoramos la nada -que es lo que hay ahora- o no. Es razonable ponerlo en marcha." Así, insisten en que aunque "implantarlo es un gran avance", esto "tiene que estar seguido de nuevas medidas que lo complementen, siempre en función del conocimiento científico".
El consumidor español está preparado para Nutri-Score
Otro de los puntos criticados por diferentes nutricionistas es que
se puede desconocer que se trata de un sistema para comparar productos de la misma categoría. No obstante, desde Consumo consideran que el
consumidor español sí está preparado para Nutri-Score y de hecho, cuentan con estudios que lo demuestran. También recuerdan que lo que hace es "sintetizar la información nutricional,
no dice que un producto es bueno o es malo".
"Hay una creciente conciencia sobre lo que se está consumiendo, pero se necesita información sobre
cómo funciona el semáforo nutricional, de ahí
las campañas que tenemos que poner en marcha", apuntan.
A su vez, explican que Nutri-Score
es completamente compatible con la dieta mediterránea. Frutas, verduras, legumbres y productos frescos no llevarán etiqueta, ya que no está diseñado para eso. "NutriScore lo único que hace es sintetizar la información nutricional de un producto y va a ayudar a las decisiones de consumo de los españoles para elegir productos nutricionalmente más sanos", señalan. De hecho, han lamentado que "la dieta mediterránea se esté perdiendo, en beneficio de dietas no saludables, auge de la comida rápida, falta de tiempo y falta de ejercicio" y que
los productos bajo el semáforo nutricional deberían ser consumidos de forma ocasional.
Así, esperan que con esta nueva medida,
se mejore la calidad nutricional de los productos elegidos en la cesta de la compra habitual y recuerdan que las comptencias para hacer el sistema obligatorio son de la Unión Europea, por lo que es voluntario. "Esta herramienta es una más para transformar los patrones de la dieta y de consumo", detallan.
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