Los líderes de la sanidad británica no creen que el Brexit vaya a traer nada bueno para su Sistema Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), más bien al contrario. Según una encuesta realizada por Peer60 a 238 directivos de hospitales del NHS, el 64 por ciento de los líderes de la sanidad británica considera que la salida de Europa será negativa para el sistema de salud. El 23 por ciento considera que no afectará y el 13 por ciento piensa que los efectos serán positivos.
En concreto, el mayor temor se traslada al impacto que tendrá sobre la financiación del sistema de salud. El 61 por ciento de los encuestados cree que será negativo para los fondos del NHS, mientras que el 21 por ciento piensa que no afectará y el 18 por ciento opina que tendrá un impacto positivo.
Durante la campaña previa al referéndum, el líder nacionalista Nigel Farage llegó a afirmar que el NHS recuperaría 350 millones de libras (unos 409 millones de euros) a la semana que actualmente; cifra que, según él, se destinan actualmente a la Unión Europea. El mismo día que se conocieron los resultados, Farage negó que se pudiera recuperar esa cantidad.
Uno de los efectos de una posible caída de la financiación se traduce en un retraso de la aplicación de soluciones tecnológicas. El 44 por ciento de los directivos considera que los proyectos en marcha se detendrán, mientras que el 51 por ciento creen que no tendrá impacto.
Por último, el 76 por ciento de los líderes sanitarios del país británico piensa que tendrá un efecto negativo en la plantilla del NHS. Sin embargo, apenas el 4 por ciento cree que la salida de Reino Unido de la Unión Europea será positiva para los trabajadores del NHS.
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