“Una vez más hemos visto como el hecho de ser médico no te erige en ser un buen profesional en el ámbito de las terapias naturales. Hoy más que nunca es necesario una regulación de la formación y competencias en este sector”. Así ha respondido el presidente de la
Asociación Nacional de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales (Cofenat),
Roberto San Antonio-Abad, a las críticas vertidas hacia los profesionales de este sector, después del caso que ha tenido lugar en Jaén, donde
una mujer ha tenido que ser hospitalizada en la UCI tras someterse a un tratamiento de un médico naturista.
Y es que, ante lo ocurrido, los médicos solicitaban la intervención de la ministra de Sanidad,
María Luisa Carcedo, quien ha anunciado hace pocos días que se estaba trabajando conjuntamente con el Ministerio de Ciencia en la
elaboración de un “plan de choque contra las terapias naturales”, a través del Instituto de Salud Carlos III.
En este sentido, San Antonio-Abad, lo tiene claro: “Si realmente estuvieran reguladas las terapias naturales, como llevamos solicitando durante años al Gobierno y a las consejerías de las comunidades autónomas, se podrían evitar este tipo de situaciones, porque, entre las cosas que pedimos los profesionales de este sector, está el que
se creen títulos formativos de cuatro años, en concreto de
naturopatia, homeopatia, medicina tradicional china y osteopatía, lo cual evitará el intrusismo profesional”.
E insiste: “Está claro que existe un ‘lobby’ que quiere acabar con las terapias naturales en España, pero que no tiene en cuenta a la sociedad que no sólo recurre a estos profesionales, sino que reclama que estén en la sanidad pública, con su regulación correspondiente”.
El médico naturista de Jaén
Asimismo, el presidente de Cofenat asegura que
con el caso de Jaén se demuestra que el problema está en la “inexistencia de regulación”. “En primer lugar, debemos preguntarnos si el médico tenía formación adecuada para suministrar esa técnica. Ser médico no es suficiente, porque es necesario tener unos conocimientos que no se estudian en la carrera de Medicina. Además, es necesario saber qué modelo de máquina ha usado y sí cumplía con los estándares de calidad y protección actuales. Y, en tercer lugar, qué sustancia ha utilizado para inocular a la paciente.
Un licenciado en Medicina y Cirugía no tiene porqué saber de todo en temas de salud. Por eso, en la medicina convencional se han ido creando especialidades”, detalla.
Y concluye: “El Gobierno no tiene que crear un
plan de choque contra las terapias naturales. Tiene que aportar soluciones a los sanitarios, y a los no sanitarios que realizan la actividad de terapias naturales, por la seguridad del usuario”.
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