En plena vorágine de reuniones, whatsapps y llamadas telefónicas que vayan construyendo el camino de la investidura de
Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, en el seno de su socio preferente para el nuevo Ejecutivo se afronta un
debate interno. El resumen es sencillo:
Sumar y Podemos no coinciden en sus prioridades para alcanzar un acuerdo de gobierno con el PSOE. Mientras que los de
Yolanda Díaz continúan defendiendo que la
sanidad se halla en la primera página de su agenda, los de
Ione Belarra, en su afán por seguir empoderando su voz propia más allá del yolandismo aun habiendo concurrido al 23J dentro de la coalición de izquierdas, reiteran su desmarque de la propuesta de Sumar y ponen otras reivindicaciones por delante de las cuestiones sanitarias.
Después de una semana de toma de contacto entre Sánchez y los líderes y portavoces de todos los grupos parlamentarios a excepción de Vox, este martes, el presidente en funciones se reunió en Ferraz con los integrantes de la
comisión negociadora socialista, un encuentro en el que se puso de manifiesto
la dificultad de las conversaciones de cara al acuerdo de investidura y de gobierno. La discreción y el secretismo son máximos, y fuentes del PSOE explicaron a las puertas de su feudo que, a pesar de las presiones del PP, aún es pronto para fijar una fecha como horizonte de investidura, principalmente porque, aunque se den por hecho los apoyos de
Sumar, PNV, BNG y Bildu, ninguna de estas fuerzas, salvo la que lidera
Mertxe Aizpurua, ha hecho expreso su 'sí' definitivo. Tampoco
JxCat ni
ERC.
La ministra de Educación en funciones,
Pilar Alegría, amén de miembro de esa comisión de negociación, ya avanzó que la intención era que el acuerdo entre todas las partes quedara cerrado en octubre, pero sin concretar más. “Lo normal, cuando hay posibilidad de una investidura real, es que la fecha vaya variando”, comentaron en Ferraz las mismas fuentes del PSOE.
El sello de
un acuerdo que satisfaga los intereses de los independentistas catalanes en cuanto a la amnistía de los condenados por el procés, pero también acerca de otros asuntos como
la transferencia de las competencias en Formación Sanitaria Especializada, es el principal
caballo de batalla con el que han de lidiar los de Sánchez, lo cual parece abocar el proyecto sanitario a un segundo plano. O no, según a quién se pregunte. Y es ahí donde se atisba
cierta quiebra en la coalición de izquierdas.
¿En qué difieren las propuestas de Sumar y Podemos?
"El asunto territorial es capital y está encima de la mesa, pero no es lo único importante. Para nosotros, el
proyecto sanitario y de servicios sociales sigue siendo vital", señalan a
Redacción Médica fuentes de Sumar. La afirmación contrasta con lo que deslizan desde Podemos a este medio: "Nosotros hicimos cinco propuestas, que son públicas, y
ninguna de ellas tiene que ver con la sanidad". En efecto, en esa lista que los de Belarra remitieron al PSOE de cara a negociar su apoyo, figuran
congelar los alquileres, abaratar la
cesta de la compra y el
transporte público, subir a 1.500 euros al mes el
Salario Mínimo Interprofesional, lograr “objetivos de profundización democrática” como derogar la
Ley Mordaza y renovar el
Consejo General del Poder Judicial, y avanzar en
derechos feministas y Lgtbi. Ninguna mención expresa a asuntos sanitarios.
Sumar: adiós a las guardias de 24 horas y jornada semanal de 32
El coordinador del grupo de Sanidad de Sumar,
Rafael Cofiño, subrayó a
Redacción Médica que su partido tiene cuatro
“elementos capitales de negociación” en materia de sanidad, a saber, la reducción progresiva de la
semana laboral hasta las 32 horas,
la eliminación de las guardias de 24 horas, la puesta en marcha de un plan de choque para fortalecer la
Atención Primaria y el impulso de un
pacto por la salud en España. “No hay dudas sobre estos puntos de negociación”, aseguró.
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