La ministra de Economía y Empresa,
Nadia Calviño, ha expresado que tiene "serias dudas" de que la extensión de la
sanidad universal conlleve un aumento del
gasto en un desayuno organizado por Forum Europa.
Por el contrario, durante su intervención defendió que podría implicar un
"uso mucho más eficiente del gasto público", ya que quienes estaban excluidos sí tenían derecho a los servicios de Urgencias, que son mucho más caros que la atención primaria.
"A nadie beneficia que haya gente enferma en nuestras calles", ha asegurado. Sobre todo porque, según ha dicho, eso se traduce también en "una mejora de los niveles de sanidad en la sociedad". Una afirmación que está en la línea de lo que siempre ha defendido la
ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, Carmen Montón, quien considera que la sanidad pública "se fortalece recuperando el carácter universal", con beneficios "tanto para la salud individual de las personas como para la salud colectiva y a la salud pública, al permitir un mejor control de las enfermedades".
Montón también ha subrayado en más de una ocasión que esta extensión de la sanidad universal no supone un "sobrecoste, porque la Atención Primaria es menos costosa que la atención en Urgencias y evita hospitalizaciones".
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