La
'vuelta atrás' en la desescalada se ha convertido en una opción nada desechable para algunas comunidades autónomas, preocupadas ante el aumento incesante de la
incidencia Covid-19 entre su población más joven, a las puertas de la vacunación.
Las primeras en hacerlo han sido la
Comunidad Valenciana y Navarra, donde el peligro de transmisión ha hecho que se restauren algunas de las restricciones más severas como la limitación de horarios. Acotar dichas medidas exlusivamente al grupo de jóvenes no es, sin embargo una opción, según el Comité de Bioética, que ve complicado su tramitación y aceptación por parte de la Justicia.
El motivo, explica su presidente Federico Montalvo, es lo
"difícil" que resultaría "adoptar o justificar" medidas que comprometan los derechos fundamentales en un grupo o territorio generalizado como es el de los más
jóvenes. Ni a través de los gobiernos regionales, ni tan siquiera mediante un consenso en el
Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, ya que es necesaria una autorización judicial previa.
La cosa cambia cuando se trata de
zonas o personas específicas, como puede ser un barrio concreto o el caso de los estudiantes del 'megabrote' de Baleares. "No es lo mismo decir los jóvenes de esta calle se confinan a todos los jóvenes de 20 a 29 años no pueden salir de casa a partir de las 10 de la noche", ejemplifica.
El único escenario en el que se podrían implementar dichas medidas sin que un juez intervenga es al amparo de un nuevo
estado de alarma, aclara el experto.
Opciones "intermedias" para controlar incidencia en jóvenes
Sí serían factibles, por contra, opciones "intermedias", que no afecten a la integridad individual, como puede ser la
exigencia de una PCR para acceder a lugares interiores. Esta medida sería "un requisito" sin afectar a la libertad de movimiento del individuo, y por tanto, sería más fácil de implementar y
conseguir el 'sí' del Tribunal, argumenta Montalvo.
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"Hay una diferencia entre que alguien no pueda moverse a que para hacerlo tenga que justificar que no tiene el virus"
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"Hay una diferencia entre que alguien no pueda moverse a que para hacerlo tenga que justificar que no tiene el virus". Como opción, propone, implementar el
sistema QR para justificar, a través del móvil, el negativo en Covid-19 antes de entrar en un espacio cerrado.
Haría falta eso sí, una
justificación estadísitca que avalara dicha limitación, explica. "Parece que sí la hay. Claramente, el
nivel de incidencia del virus está en los jóvenes. Lo que ha incrementado los contagios en los últimos días claramente se vincula a un tramo de edad".
Otra alternativa, también "moderada" sería volver a imponer el uso de las mascarillas en este grupo etario. Aún así, esta opción plantea un debate en torno a sí afecta o no los derechos fundamentales. "Yo tengo mis dudas", asegura Montalvo, convencido de que portar este tipo de protección influye en el derecho a la propia imagen.
"No son inmunes"
En cualquier caso, Montalvo cree que detrás de este repunte de los contagios hay un
"problema de comunicación", por lo que ve necesario "hacerles ver que no son inmunes a esta enfermedad y que lo que pueden generar es un problema que también les va a afectar a aquellos".
En este sentido, teme que los jóvenes acaben contagiando a los ya vacunados, dado que los fármacos disponibles, no protegen al 100 por 100 sino que
mitigan los efectos de la enfermedad, por lo que urge a buscar, en este sentido,
figuras con las que se sientan identificados, como "gente de su edad", a la hora de transmitir mensajes de responsabilidad y prudencia.
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