El Gobierno austriaco ha anunciado este domingo la entrada en confinamiento de la población no vacunada del país tras registrar en los últimos días un aumento de contagios sin precedentes desde el inicio de la pandemia. Esta medida, anunciada por el canciller del país, Alexander Schallenberg, tras un encuentro con los gobernadores estatales, afectará aproximadamente al 35 por ciento de la población del país, unos dos millones de personas.
La medida entrará en vigor a partir de esta próxima medianoche, según informa la radiotelevisión pública austriaca ORF, y se prolongará en principio hasta el 24 de noviembre, según un borrador de la iniciativa filtrado a última hora del sábado y recogido por la agencia de noticias DPA.
El canciller ha esgrimido que la decisión "no se ha tomado a la ligera" y tiene como objetivo la interrupción del "círculo vicioso" en el que, a su entender, está atrapada la población tras registrar un descenso en el ritmo de vacunaciones, que ahora va a una velocidad "vergonzosamente baja". Schallenberg quiere que las medidas "se cumplan" y que el control "sea nítido" a través de "sanciones consistentes". El ministro del Interior, Karl Nehammer, anunció en este sentido que el confinamiento estará vigilado por una estrecha red de controles pero ha garantizado que el impacto sobre los comercios será, de momento, mínimo, por mucho que la población confinada solo pueda abandonar su domicilio bajo "circunstancias excepcionales".
Las autoridades sanitarias del país han notificado este domingo 11.552 nuevos contagios y 17 fallecidos, que elevan el total de afectados a 959.000 y los fallecidos, a unos 11.600 aproximadamente.
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