La presión asistencial crece en el Sistema Nacional de Salud (SNS), al tiempo que se reducen los recursos humanos. Así lo indican los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad, que refleja que en
2015 aumentó la ratio de tarjetas (es decir, de pacientes) que corresponden a pediatras, médicos de Atención Primaria y enfermeras.
La situación es especialmente alarmante en el caso de estos dos últimos colectivos profesionales, dado que
su presencia en el sistema se recortó. De esta manera, mientras que en 2014 había 28.500 médicos de familia en el SNS y un ratio de tarjetas por cada uno de 1.373, en
2015 había 28.480 profesionales (20 menos) y un ratio de tarjetas de 1.381.
Enfermería no se libra del tijeretazo. Si en el SNS había en 2014 29.642 enfermeras con un ratio de 1.542 tarjetas asignadas a cada una de ellas, en 2015 esta cantidad cayó a 29.441 con 1.560 pacientes para cada una de ellas.
Asimismo, a pesar de que
aumentó ligeramente el número de pediatras (ocho más que en 2015, hasta llegar a 6.408), este colectivo profesional no se libró del aumento de la presión asistencial, pasando de 1.043 tarjetas asignadas a 1.044 para cada uno.
Por otro lado, en lo que se refiere a recursos estructurales, alguna buena noticia hay. Aunque se redujeron los consultorios locales (de 10.081 en 2014 a 10.055 en 2015), aumentó el número de centros de salud, alcanzando los 3.039 en 2015 (16 más que en 2014).
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