Donald Trump ha ganado las
elecciones de Estados Unidos, en las que se enfrentaba a Hillary Clinton. Durante la campaña, el candidato republicano mostró sus planes para la
sanidad estadounidense,
que dividió en siete puntos que sirven como líneas maestras de lo que se avecina para el futuro de profesionales y pacientes de los EEUU. De momento, su afilado objetivo de tumbar la reforma sanitaria de Barack Obama ya está haciendo, en las primeras horas de su victoria, que las farmacéuticas estén siendo las grandes beneficiadas de las Bolsas de todo el mundo.
Como se indicaba en líneas anteriores, Trump quiere
acabar por completo con el Obamacare, ya que entiende que ninguna persona debe ser obligada a comprar un seguro, a no ser que él o ella lo desee. Después, plantea modificar la ley existente que inhibe la
venta de seguros de salud a través de las líneas estatales. “Siempre y cuando el plan comprado cumpla con los requisitos del Estado, cualquier proveedor debe ser capaz de ofrecer seguros en cualquiera de ellos. Al permitir la plena competencia en este mercado, los costos de seguros se reducirán y la satisfacción del consumidor aumentará”, razona el candidato.
En tercer lugar, el mandato de Trump quiere permitir que los individuos
deduzcan completamente los
pagos de las primas del seguro médico de sus declaraciones de impuestos bajo el sistema tributario actual. “Las empresas están autorizadas a tomar estas deducciones así que ¿por qué el Congreso no permitiría a las personas las mismas exenciones?”, es la cuestión que plantean los republicanos.
Como cuarta medida se quiere permitir que las personas usen
cuentas de ahorro de salud (HSAs), que deben estar exentas de impuestos y se debe permitir que se acumulen. Estas cuentas pasarán a formar parte del patrimonio del individuo y podrán ser transmitidas a los herederos.
Como quinta medida, Trump exigirá
transparencia de precios a todos los proveedores de atención médica, especialmente médicos y organizaciones de salud como clínicas y hospitales.
Libertad farmacéutica
Los dos últimos puntos del programa sanitario del polémico ya presidente estadounidense plantean, por un lado
acabar con las subvenciones que se conceden a los Estados para que mantengan los seguros que se diseñaron para las personas con menos recursos, pues consideran que con lo presupuestado ya tienen suficiente. Y, finalmente, Trump apunta al sector farmacéutico eliminando las
barreras de entrada en los mercados libres para los proveedores de fármacos que ofrecen productos seguros, confiables y más baratos. Aunque la industria farmacéutica está en el sector privado, las compañías farmacéuticas proporcionan un servicio público, asegura Trump.
El citado programa sanitario, por cierto, no titubea en la cobertura que se ha de dar al
inmigrante 'sin papeles': “El suministro de atención médica a los inmigrantes ilegales nos cuesta unos 11.000 millones de dólares anuales. Si simplemente hiciéramos cumplir las actuales leyes de inmigración y restringiéramos la concesión desenfrenada de visas a este país, podríamos aliviar las presiones de los costos de atención médica en los gobiernos estatales y locales”, asevera.
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