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Así es el tratamiento español que aplica la tecnología CAR-T al covid

La Paz está desarrollando un pionero estudio de una terapia celular capaz de eliminar el coronavirus en pacientes graves

Antonio Pérez-Martínez, jefe de Servicio de Hemato-Oncología Pediatría del Hospital Universitario La Paz.

27 dic 2021. 15.40H
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POR IVÁN FERNÁNDEZ
Aplicar la tecnología avanzada del CAR-T a la lucha contra el covid. Esta es la premisa que ha llevado al equipo de Antonio Pérez-Martínez, jefe de Servicio de Hemato-Oncología Pediatría del Hospital Universitario La Paz, a descubrir una potencial terapia celular capaz de eliminar el covid. Un tratamiento que, según asegura a Redacción Médica, es seguro, coste-efectivo y se puede producir en hospitales punteros e intermedios. 

La mayoría de gente que ha superado el Covid lo ha hecho sin ningún tipo de tratamiento, es decir, gracias a la labor de su sistema inmunológico. Una 'vacuna' natural que ha inspirado al hematólogo de La Paz.  "Nosotros identificamos ese sistema y ponemos células como lo hacemos con el CAR-T, pero con una diferencia, aquí es el propio donante que se ha curado quien ha modificado las células. Antes de la infección no tenía esa inmunidad celular con memoria y después de la exposición al virus su sistema inmune sale con inmunocompatentes. Tras dos o tres días de fiebre ha sido capaz de generar una respuesta inmunocelular competente", explica Pérez-Martínez.

Un proceso que no ocurre en todos los contagiados, pero en aquellos que sí y son capaces de detectar en el hospital se le extrae un linfocito T de memoria que porta la capacidad patógeno-específica frente al SARS-CoV- 2. Después se administra de forma adoptiva a aquel paciente vulnerable con el cual comparte al menos un antígeno HLA. "Sin él faltaría una presentación efectiva y acabaría siendo inútil", detalla el hematólogo pediátrico. 


¿Cuándo se sabrá la eficacia y seguridad de la terapia celular anticovid? 


Basándose en la hipótesis inicial, el equipo de La Paz logró realizar con éxito el ensayo de fase I, revisado por pares y publicado en The Clinical Medicine y The Lancet, y ahora se encuentra en la fase II. “Ahora estamos ejecutando un estudio multicéntrico con especial protagonismo del Isabel Zendal, el mejor lugar para hacer una investigación sobre temas de la pandemia”, detalla Pérez, quien asegura que el objetivo es reclutar más de cien enfermos, pero se quedarán en 84 al ser los cubiertos por el seguro médico del ensayo académico.

Una vez tengan los resultados, IdiPAz y la Fundación Cris tratarán de constituir una Spin-off o Startup. “Queremos tener un desarrollo y contacto con la industria para que ellos ya puedan hacer esta fase expansiva y productiva, y pelearse con la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para ver qué nivel de eficacia podemos aportar”, explica Pérez, quien mientras seguirá mejorando y actualizando el producto.

"No es la curación del covid para todo el mundo, pero sí es un tratamiento seguro y coste-efectivo para pacientes graves"


Una mejora que será tanto en la fase terapéutica como en la profiláctica. “Estamos investigando si las propias células pueden anticiparse al contagio”, detalla el especialista, quien pone el ejemplo de una pastilla diaria o un aerosol que generara una mascarilla biológica. “Evitaría que incluso teniendo contacto con el virus rápidamente lo eliminaras y no dieses positivo”.

¿La aparición de nuevas variantes influye en la terapia celular anticovid?


Hasta el momento, la investigación ha producido cuatro tipos de medicamentos que responden a las cuatro últimas olas. “La inmunidad celular la han hecho para el virus que ellos han tenido y aún no tenemos respuesta sobre su funcionamiento en otras variantes”, lamenta Pérez.

Aunque sí augura un posible éxito debido a que la inmunidad celular que extraen del SARS-CoV 2 sale de más sitios que la proteína S (spike), la parte del virus contra la que actúan las vacunas. “También recogemos inmunidad frente a la proteína M (membrane) y la proteína N (nucleocapsid). De manera que consideramos que el pool de linfocitos que infundimos de forma adoptiva reconoce los tres antígenos y así la unidad celular de protección sería mayor”, explica el especialista. 

Pérez-Martínez: "Esta terapia es un claro ejemplo de cómo se puede aplicar las CAR-T a la lucha contra el covid"


¿Cuál es la clave para que la terapia tenga éxito en cada individuo?


La terapia celular es un tratamiento personalizado para cada individuo. Normalmente, se ajustan de manera artificial los diferentes parámetros para que el sistema del paciente no produzca un rechazo. Sin embargo, en este tratamiento no se produce la modificación artificial, por lo que la terapia será más efectiva en aquellos pacientes que compartan más antígenos leucocitarios humanos (HLA, por sus siglas en inglés) con los péptidos del donante.

Algo muy importante, ya que, según resalta Pérez-Martínez, los virus no se reconocen sueltos: “Para que un linfocito sea efectivo, en primer lugar el sistema inmune innato tiene que coger al virus y fagocitarlo. Luego, lo hace cachitos y presenta al virus en su membrana. Esa célula que se llama a APC (célula presentadora de antígeno con cachitos en el virus) es la que reconoce el sistema inmune”.

El problema es que la presentación antigénica que realizan las HLA está restringida y, por lo tanto, solamente lo va a reconocer un TDR (receptor de linfocitos T) específico. “Cuantos más matches haya, más probabilidades hay de un reconocimiento más efectivo. Ahora sabemos que se puede machear con clase I (tres moléculas) o con clase II, que son muchas más. Y parece que la presentación antigénica del SARS-CoV-2 se hace fundamentalmente por clase II”, detalla Pérez.

Un ahorro de más de 400.000 euros para el SNS


Un hecho que llevó a reposicionar la estrategia inicial de selección del donate y receptor, que ahora se basa en match en clase II. “Esto no es café para todos y no es la curación del Covid, pero, sin embargo, sí podemos demostrar que es un tratamiento seguro y coste-efectivo para los pacientes más graves, ya que de un donante se pueden sacar 30 dosis para 30 pacientes por entre 5.000 y 8.000 euros“, reivindica el especialista, quien también recuerda que se podría hacer una patente y generar riqueza a un sistema público en el que no solo es gastar y gastar, sino también generar conocimiento. “Al final en vez de comprar el CAR-T por 500.000 €, pues podamos tener un CAR-T que sea a un precio razonable”, asegura.

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