Próximo destino: una operación de cataratas. Este es el aviso que se podría llegar a escuchar por la megafonía del
Flying Eye (Ojo Volador), el
único avión hospital del mundo en el que se llevan a cabo cirugías oftalmológicas y en el que se enseñan los últimos avances en tratamientos médicos de esta especialidad. Visto desde fuera es como cualquier aeronave comercial, pero en su interior decenas de médicos y enfermeras de diferentes nacionalidades se forman.
Concretamente, se trata de un proyecto de la ONG estadounidense
Orbis (propietaria de la aeronave) y la
Universidad Católica de Chile que está ubicado en el aeropuerto de Santiago. Un total de 28 oftalmólogos, anestesiólogos, enfermeras y auxiliares procedentes de 15 países son los principales integrantes de esta ‘tripulación sanitaria’.
50
residentes realizan durante dos semanas
prácticas en el avión y al final de sus jornadas reciben un
certificado que acredita su participación. En esta aeronave, además, se realizan
operaciones gratuitas de cataratas, glaucoma o problemas de retina a consecuencia de diabetes.
¿Cómo está organizado Flying Eye?
En el avión se disponen de varias salas en las que se encuentran avanzados
equipos de simulación con los que se ponen en práctica cirugías con maniquíes, máscaras de rostros humanos y ojos artificiales. “Es mucho mejor entrenar en estas tecnologías que con pacientes reales ya que pueden ocurrir complicaciones que conlleven ceguera”, confesó a
AFP Andreas Di Luciano, responsable del área de simulación y entrenamiento quirúrgico."
En el avión se disponen de varias salas en las que se encuentran avanzados equipos de simulación
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En otro de los pabellones hay
microscopios con los que los estudiantes aprenden a usar máquinas láser y otros equipos de
realidad virtual. Incluso algunas de las ‘clases’ se graban para que los trabajos que llevan a cabo los profesionales se puedan ver después y aprender de los errores.
Asimismo hay una
sala de operaciones (tanto pre como postoperatoria), de
esterilización de instrumental, administración e informática. La aeronave está completamente adaptada para formar a los estudiantes. De hecho,
tan solo queda de un avión comercial habitual (además de la cabina de control) los 46 asientos de la parte delantera de la nave que son empleados como
sala de clase.
Una larga trayectoria
Un
viaje de Houston a Panamá fue el primer recorrido del primer avión de la ONG, que comenzó su historia en el año
1982. Desde entonces se ha cambiado hasta en dos ocasiones la aeronave. De hecho, en el 2016 comenzaron a utilizar el actual
DC10, que fue donado por una empresa de envíos.
El equipo con el que cuenta ha sido donado por la organización que tiene a unos
400 profesionales de la Medicina Oftalmológica voluntarios procedentes de más de una treintena de países. Todo ello con el objetivo de intentar solucionar uno de los mayores problemas de salud ocular en el mundo: la falta de especialistas en la materia.
Al año, el avión visita al menos 10 países. En 2017, en el hospital se llevaron a cabo 96.000 cirugías y más de 62.000 especialistas se formaron.
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