La pandemia del Covid-19 ha tenido un impacto sustancial en la salud mental de los trabajadores sanitarios. A las secuelas físicas
hay que sumar las psicológicas, que continúan vigente años después de las primeras olas de contagios. Así lo destaca un estudio basado en los
trabajadores del Servicio Andaluz de Salud (SAS), el cual muestra cómo los malos resultados de salud mental, con prevalencia de la angustia psicológica, la depresión o el trastorno de estrés postraumático, entre los trabajadores sanitarios persistieron a lo largo del tiempo.
En concreto, la investigación publicada en la revista Internacional de Salud Pública IJPH, se basa en el análisis de tres indicativos de salud mental:
depresión, ansiedad y síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT). Así, el principal resultado muestra cómo el 56 por ciento de los encuestados permaneció sintomático o
empeoró con el tiempo en términos de angustia psicológica un año después del inicio de la pandemia de covid.
Junto a este porcentaje, en términos de síntomas de depresión,
el 66 por ciento de los encuestados permaneció asintomático o estable, mientras que un 15 por ciento manifestó recuperarse y un
19 por ciento permaneció sintomático o empeoró con el tiempo.
A esta situación se suma que, tal y como denuncia la investigación, “siguen sin explorar si las
intervenciones de apoyo a la salud mental para los trabajadores de la salud deben mantenerse a largo plazo después del brote pandémico inicial”.
Las mujeres suman una mayor variabilidad de síntomas
Dentro de los resultados del estudio planteado entre los trabajadores del SAS, los científicos destacan como las
mujeres mostraron una
mayor variabilidad de los síntomas a lo largo del tiempo que los hombres.
En concreto, las profesionales sanitarias reconocen en su mayoría la existencia de efectos negativos del covid ligados a su salud mental,
recalcando la existencia de
síntomas persistentemente o incluso el empeoramiento, tanto para la angustia psicológica como para la probable depresión.
Con estos resultados, el equipo de investigadores ha subrayado la importancia de
adaptar, implementar y ampliar las intervenciones de salud pública, ocupacional y mental para los trabajadores de la salud con vistas a evitar que su salud mental se deteriore aún más durante la pandemia en curso y sus consecuencias.
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