En 2017 se registraron 515
agresiones a médicos, una cifra récord que puede ser superada en 2018. Esta misma semana,
dos pediatras y una enfermera fueron atacados verbal y físicamente por la familia de un bebé prematuro que había fallecido en el Hospital Materno Infantil de Granada.
Redacción Médica se ha puesto en contacto con diversos colegios de médicos y la respuesta es unánime: "Las medidas actuales son insuficientes, hacen falta más vigilantes".
El secretario general del Colegio de Médicos de Sevilla,
Juan Manuel Contreras, defiende que "todos los centros sanitarios deberían tener su
propio equipo de seguridad y un director de seguridad del centro". Contreras considera que junto a esta acción, sería necesario
concienciar a los pacientes de que con la violencia no se llega a ninguna parte: "Si no educamos a la sociedad, difícilmente podremos hacer lo demás. Hay que
enseñar que por agredir al personal sanitario no van a conseguir mejor atención".
"El botón rojo está bien, el problema es que es una medida aislada y sirve para muy poco"
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Este punto de vista es compartida por la presidenta del Colegio de Médicos de Valencia,
Mercedes Hurtado: "Son necesarias más
acciones tanto en la
prevención como en la reacción. Sería conveniente que los centros sanitarios tuvieran
la figura de vigilantes de seguridad,
en la mayoría de centros sanitarios de Valencia no los hay, así como otras medidas como un
botón del pánico en la mesa del profesional sanitario para poder comunicar de manera inmediata que se está sufriendo un episodio violento".
Aumentar las penas y denunciar cualquier agresión
Desde Galicia, el presidente de los médicos de Pontevedra,
Luis Campos, también apoya que
aumente la presencia de vigilantes en los centros de salud y explica que las medidas disuasorias no son suficientes: "En el momento en que un profesional es agredido, pulsar el botón del pánico tampoco sirve de mucho, porque la policía no aparece inmediatamente". En esta línea, el representante de los facultativos sevillanos cree que "el botón rojo está bien, el problema es que es una medida aislada y sirve para muy poco".
Proponen extender la autoridad del médico a los profesionales de la sanidad privada
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Junto con el aumento de vigilantes y las medidas de prevención, Contreras afirma que serían necesarias otro tipo de acciones: "El
médico debe ser considerado autoridad en el ejercicio de su función, es algo que no está totalmente instaurado en el Estado español. Hay comunidades en las que teóricamente es así pero en la práctica no. Además, esta autoridad debería ser extendida a los
profesionales de la sanidad privada. Por otra parte, las
penas actuales para el que agrede a un facultativo son muy cortas; es muy fácil agredir a un médico, insultarlo o agredirlo porque muchas veces se salda con una multa de escasa cuantía".
"Estamos muy preocupados con el
aumento de las denuncias y consideramos como máxima prioridad la lucha para erradicar esta lamentable situación. Por eso constantemente animamos a los compañeros a que denuncien cualquier tipo de agresión", añade Hurtado. En la
Comunidad Valenciana se ha incrementado un 55 por ciento el número de denuncias por agresiones en los últimos tres años, algo que ha obligado al colegio de médicos a llevar a cabo numerosas campañas.
El interlocutor policial sanitario
Respecto a la figura del
interlocutor policial, tanto Valencia como Sevilla están de acuerdo en que era una medida necesaria. "El
interlocutor policial territorial sanitario es una buena medida que ha demostrado el interés de las
fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en la
lucha contra la lacra de las agresiones a médicos y resto del personal sanitario", apunta la presidenta de los médicos valencianos.
"El Interlocutor policial sanitario está impartiendo una
formación muy valiosa para que el profesional sanitario sepa
qué hacer cuando una agresión se produzca. Formas de lidiar con los pacientes, de defenderse físicamente, etc.", señala Contreras. También ha expresado su opinión
Jaume Padrós, el presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, quien ha explicado que "aunque en Cataluña las agresiones no son un problema de primer nivel, es necesario tomar acciones como la
creación de un observatorio nacional de agresiones que permita determinar la magnitud del problema en cada lugar. A partir de ahí, sería más fácil tomar decisiones".
En definitiva, los mecanismos actuales son insuficientes y los médicos lanzan un SOS a los gobernantes: más vigilancia y más prevención. Y es que, como apunta Contreras,
"en el momento en que un paciente se pone agresivo, ya no es un paciente, es un agresor”.
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