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Covid se transmite principalmente a partir de los aerosoles respiratorios exhalados de las personas infectadas. Respecto al espacio interior, una publicación realizada por la Escuela Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard, Boston, la Taubman College of Architecture & Urban Planning de la Universidad de Michigan y la HOK Architects, Chicago, en
Jama Network, evidencia que
los aerosoles más pequeños pueden permanecer en el aire desde 30 minutos a horas y viajar mucho más allá de dos metros en interiores.
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Los autores explican en la
publicación que las gotas más grandes de los aerosoles
(> 100 μm) pueden depositarse en el aire debido a las fuerzas gravitacionales
dentro de los dos metros, pero
las personas emiten aerosoles 100 veces más pequeños (<5 μm) al hablar, respirar y toser los cuales tienen una capacidad de permanecer desde 30 minutos a horas y pasar los dos metros dentro de un espacio interior.
La publicación además señala que los
brotes del SARS-CoV-2 que se dan en espacios como
restaurantes, gimnasios, práctica de coro, escuelas y autobuses, comparten las características comunes del tiempo en interiores y bajos niveles de ventilación, incluso cuando las personas permanecen físicamente distanciadas.
En este contexto los autores de la publicación hacen hincapié en que existe una
"falla de ingeniería" en la forma que operan la mayoría de los edificios, respecto a los
estándares de ventilación ya que estos, a excepción de los hospitales, no están diseñados para el
control de infecciones.
Sugerencias de ventilación y filtración de aire
Esta publicación sugiere que “para reducir la transmisión aérea de campo lejano del SARS-CoV-2 en espacios interiores de pequeño volumen (
aulas, tiendas minoristas, hogares si los invitados están de visita), se apliquen de
4 a 6 cambios de aire por hora, a través de cualquier combinación de: ventilación de aire exterior; aire recirculado que pasa a través de un filtro con al menos una calificación de eficiencia mínima de valor 13 (MERV 13); o el paso del aire a través de purificadores de aire portátiles con filtros HEPA (aire de partículas de alta eficiencia)”, explican los autores.
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El aumento de los cambios de aire por hora y la filtración de aire es un concepto simplificado pero importante que podría implementarse para ayudar a
reducir el riesgo de la transmisión aérea del SARS-CoV-2 y otras enfermedades respiratorias infecciosas dentro de la habitación y desde el aire. Los controles de edificios saludables, como una mayor ventilación y una mejor filtración, son una parte fundamental, pero a menudo pasada por alto, de las estrategias de reducción de riesgos que podrían tener beneficios más allá de la pandemia actual", concluyen los autores.
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