Phoebee Bambury, una estudiante británica de 19 años acaba de superar un síndrome de shock tóxico, tras estar 12 días ingresada en el hospital. Los síntomas comenzaron a las pocas horas de que la joven se pusiese un tampón.
Los síntomas del síndrome, que puede resultar en la pérdida de miembros o incluso en la muerte de la persona afectada, pueden confundirse en sus inicios con los de una gripe. Entre ellos se incluye fiebre superior a los 39 grados, dolor de cabeza, musculares, de garganta, diarrea y una erupción cutánea.
Bambury ha relatado al tambloude británico 'The Mirror' que empezó a sentirse “horriblemente mal" a las pocas horas de aplicarse el tampón. Estaba en la biblioteca cuando comenzó a sufrir vómitos y, en un primer momento, asoció los síntomas a los nervios. "Me pareció que era sólo porque era temporada de exámenes y yo había estado muy estresada".
Su cuadro continuó empeorando durante varias horas. No fue hasta la noche cuando recordó haber leído o escuchado algo asociado al uso de tampones y fue a leer el prospecto que viene en la caja. “Cuando leí los síntomas del síndrome de shock tóxico todo cuadraba", asegura. Haber acudido relativamente rápido al hospital le ha ahorrado a esta joven consecuencias aún peores.
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