Redacción. Madrid
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado un plan de acción mundial, aprobado en mayo de 2015 por la Asamblea Mundial de la Salud, para optimizar el uso de los antibióticos, mejorar el conocimiento y la comprensión de la resistencia antimicrobiana, así como reforzar la vigilancia e investigación y reducir la incidencia de infección.
La directora general de la OMS, Margaret Chan.
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Además, la organización lidera la campaña ‘Los antibióticos: manipular con cuidado’ que se llevará a cabo desde el 16 de noviembre hasta el día 22 del mismo mes. También, ha instado a los Estados miembros a elaborar planes de acción nacionales para hacer frente a la resistencia antimicrobiana en línea con los objetivos marcados en el plan de acción mundial.
Y es que, tal y como ha recordado, los antibióticos son medicamentos que se usan para prevenir y tratar las infecciones bacterianas y su resistencia ocurre cuando las bacterias cambian en respuesta ‘defensiva’ a su uso. De esta forma, las bacterias se vuelven resistentes y, más tarde, infectan las personas dificultando su tratamiento.
Además, la resistencia a estos medicamentos provoca un incremento de los costes médicos, hospitalizaciones prolongadas y aumento de la mortalidad. En concreto, sólo en la Unión Europea (UE) se estima que las bacterias resistentes a los medicamentos provocan 25.000 muertes anuales y cuestan alrededor de 1,3 mil millones de euros (1,5 mil millones de dólares) en términos de salud y pérdidas de productividad.
Asimismo, la OMS ha avisado de que la resistencia a los antibióticos aumenta a niveles “peligrosamente altos” en todas partes del mundo y que los nuevos mecanismos de resistencia están “amenazando” la capacidad de tratar enfermedades infecciosas comunes como, por ejemplo, neumonía, tuberculosis, infección de sangre o gonorrea.
“Sin una acción urgente, nos dirigimos hacia una era post-antibiótico, en el que las infecciones comunes y lesiones menores pueden volver a matar”, ha alertado la OMS, para explicar que la resistencia a los antibióticos se acelera por el mal uso y abuso de antibióticos, así como por la mala prevención de infecciones y control.
Pautas de prevención
Para evitar estas resistencias y las infecciones, el organismo ha destacado la importancia de lavarse las manos con regularidad, practicar una buena higiene de los alimentos, evitar el contacto cercano con personas enfermas y mantener las vacunas al día.
Del mismo modo, ha aconsejado utilizar sólo los antibióticos recetados por un profesional, cumplir con todo el tratamiento pautado y no usar sobrantes ni compartirlos con otros antibióticos. Además, la OMS ha instado a la industria a invertir en nuevos medicamentos antibióticos, vacunas y diagnósticos.
Los farmacéuticos y profesionales sanitarios también pueden ayudar a prevenir infecciones asegurando que los instrumentos y el medio ambiente estén limpios, manteniendo las vacunas de los pacientes al día, realizando cultivos y pruebas bacterias cuando se sospeche de una infección bacteriana y prescribiendo antibióticos sólo cuando “sean realmente necesarios”.
En el caso de las autoridades sanitarias, la OMS ha solicitado planes de acción nacionales para hacer frente a la resistencia de antibióticos, mejoras en la vigilancia de las infecciones resistentes a estos fármacos, fortalecer las medidas de prevención y control de infecciones, regular y promover el uso adecuado de medicamentos de calidad, e informar a la población sobre el impacto de la resistencia a los antibióticos.
Antimicrobianos administrados a animales
La organización ha aconsejado también al sector agrícola asegurarse de que los antibióticos administrados a los animales sólo se usan para enfermedades infecciosas y bajo supervisión veterinaria, vacunar a los animales para reducir la necesidad de antibióticos y desarrollar alternativas al uso de antibióticos en plantas, promover y aplicar buenas prácticas en todas las etapas de producción y elaboración de alimentos de origen animal y vegetal, adoptar sistemas sostenibles con una mayor higiene, bioseguridad y manejo libre de estrés de los animales, y aplicar las normas internacionales para el uso responsable de los antibióticos.
Por último, la OMS ha señalado que, si bien se están desarrollando nuevos antibióticos, no se espera que ninguno de ellos sea “eficaz” contra las formas “más peligrosas” de bacterias resistentes a los antibióticos. “Dada la facilidad y frecuencia con la que la gente ahora viaja, la resistencia a los antibióticos es un problema global que requiere esfuerzos de todas las naciones”, ha zanjado.
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