Javier Barbado. Sevilla
Los profesionales médicos de las diversas sociedades científicas –entre ellas la SEMI– barajan, como solución a la recertificación del profesional de que adolece España, imitar lo que se hace en Reino Unido y Estados Unidos: que los colegios de médicos acojan a las sociedades científicas y, de forma conjunta, elaboren los sistemas de evaluación periódica.
Estos mismos profesionales sospechan que, conforme a lo adelantado por Carlos Moreno, director general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, una opción probable es que, antes de las elecciones generales, el Gobierno apruebe el decreto de recertificación anunciado en septiembre, cuando trascendió que se había elaborado un borrador al respecto.
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Pilar Román y Javier García Alegría, en el congreso de la SEMI.
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De hecho, algunas de estas sociedades ha transmitido a Sanidad su disposición para colaborar en la creación de un marco de referencia que fije las características del sistema de evaluación, y muchas de ellas ha elaborado un documento que las conforma, caso de la propia SEMI y de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) que, de hecho, ha publicado el informe más completo hasta la fecha sobre este asunto.
Tanto Javier García Alegría, internista y directivo en la Agencia Sanitaria Costa del Sol, como Pilar Román, expresidenta de la SEMI y especialista en el Hospital de Requena de Valencia, han declarado a Redacción Medica que, en España, falta cultura de evaluación por lo que la presión de la normativa comunitaria para que la recertificación del médico sea una realidad en los Estados miembros constituye per se una buena noticia que, eso sí, exige un esfuerzo logístico y organizativo al que se enfrenta el Ministerio de Sanidad, en primer lugar, y las sociedades científicas y los colegios profesionales, en segundo término.
Mientras las primeras –ha matizado Román– deben dirigirse a tabular los conocimientos y aptitudes de los profesionales, estos últimos deben ahondar en los aspectos técnico-legales y administrativos de los exámenes periódicos a que deberán someterse los médicos, a priori cada seis años, según consta en el borrador de Sanidad escrito en septiembre.
Para García Alegría, no cabe duda de que otras naciones europeas y la estadounidense llevan ventaja a España en esta clase de empresa, entre otras razones porque los colegios profesionales acogen en su seno a las sociedades científicas, cosa que no sucede en España.
Falta por ver el cómo, no solo el qué
En todo caso –ha añadido– la SEMI es uno de los colectivos científicos que más adelantado se encuentra en la configuración de un mapa de competencias, en este caso del internista, con recomendaciones expresas de cómo serían evaluables (es decir, si para demostrar su capacitación el médico debería hacer entrega de su currículo en cada técnica o habilidad específica o incluso someterse a una prueba práctica o de otra índole ante un jurado seleccionado).
Por el momento, el internista que ejerce en un hospital o centro español solo tiene por cierto que, a partir de 2017, España deberá integrar la evaluación periódica para recertificar sus competencias profesionales, tal como se hace en otros países. Pero queda por ver el contenido exacto del decreto gubernamental que, en buena lógica, deberá tener muy en cuenta las propuestas formuladas por las sociedades científicas por medio de documentos de dominio público.
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