Redacción. Madrid
La evolución del gasto sanitario comienza a repuntar al hilo de la recuperación del crecimiento económico. O eso se deduce de la lectura de los datos difundidos por el Ministerio de Hacienda, según los cuales, en 2014, la cuantía absorbida por el sector de la salud fue de 63.339 millones frente a los 63.152 del año anterior; desde 2009, la cifra anual siempre era inferior a la que le precedía.
De hecho, en 2013, el gasto sanitario del conjunto de las administraciones públicas fue el más bajo registrado en los anales de esta variable. Por otro lado y en un contexto más amplio, España seguirá situándose, de aquí a las próximas décadas, a la cola de gasto en salud en función del producto interior bruto (PIB) de los países de su entorno, lo que ratifica su sistema sanitario público como uno de los que menos invierte en esta materia a pesar de los recursos que despliega en su desarrollo y de las condiciones en que lo hace, con acceso casi universal y financiación vía impuestos.
La disminución progresiva del gasto sanitario en España desde 2009 se debe, entre otros factores, a los recortes en la materia ordenados por la mayoría de los gobiernos autonómicos (en especial en materia de recursos humanos) y a la política de contención del gobierno central ante el panorama económico del país y de su entorno, en el que se circunscribe el decreto 16/2012.
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