El retorno de
Donald Trump a la Casa Blanca no podía pasar desapercibido. A menos de diez días de que
asuma el poder en Estados Unidos, el presidente electo no deja de acumular titulares. Entre los más destacados,
sus intenciones anexionistas: desde Groenlandia o el Canal de Panamá hasta
Canadá. Sin embargo, muchos son los ciudadanos del país que encabezará que no dudarían en cruzar la frontera norte. En este sentido, ha respondido la diputada y líder del Partido Verde de Canadá, Elizabeth May, a las elucubraciones del mandatario estadounidense. Igual, algún estado desearía incorporarse a la nación vecina. El motivo:
la sanidad pública.
En concreto,
May se ha referido a California, estado que apoyo a la candidata demócrata, Kamala Harris. "Crees que queremos ser el 51º Estado, pero a lo mejor California querría ser la undécima provincia. ¿Qué os parece?, ha comentado en un discurso compartido en la red social X. Es más, la sugerencia también va hacia otros puntos de Estados Unidos en los que el Partido Republicano -al que pertenece Trump- no se impuso, como Oregón, Washington, Colorado o Nueva York.
Para ello, May propone a Trump la celebración de un referéndum a los ciudadanos de estos estados. El cebo que utiliza la líder del Partido Verde de Canadá es la sanidad pública.
"Esto es lo que obtendréis: sanidad gratuita. Sanidad universal gratuita. No más niños de un año que de repente se quedan fuera de la lista del seguro sanitario público (Medicaid) y sus padres salen en las noticias porque están intentando hacer un 'gofundme' para conseguirle un médico a su hija", ha indicado con ironía la política norteamericana.
Además, ha destacado que los estados que se unan a Canadá podrán
abortar libremente a través del sistema público de salud. Asimismo, se sentirán más seguros, ya que el país cuenta con leyes estrictas sobre las armas de fuego, algo que no sucede en su vecino del sur.
Estados Unidos no apuesta por la sanidad pública
El 20 de enero, Donald Trump volverá a tomar el mando. Esto incluye la dirección de la sanidad en Estados Unidos. Su planteamiento radica en
un enfoque basado en directrices económicas para paliar el envejecimiento de la población, el aumento de la cronicidad o el consumo excesivo de fármacos.
Si bien no pretende derogar la
Ley de Atención Médica Asequible, el presidente electo planea revisarla y ofrecer opciones de menor coste a la ciudadanía. Una idea que habrá que observar si se traduce en un sistema más sostenible o continúa con
los problemas de acceso y precio que han marcado siempre la sanidad estadounidense.
Hay que recordar que Estados Unidos fundamenta su sistema de salud en la oferta privada, dada la inexistencia de atención universal y gratuita en el país. Lo más parecido son los seguros
Medicaid -para personas con bajos ingresos- y
Medicare -mayores de 65 años-, ofertados por el Gobierno.
Una situación que contrasta con
Canadá, donde sí existe un sistema de salud público y gratuito. Este se basa en un conjunto descentralizado de planes de seguros provinciales y territoriales que cubren una estrecha cartera de servicios, que son gratuitos en el punto de atención. Al igual que sucede en Europa, esta estructura sanitaria se mantiene a través de los impuestos.
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