La
campaña electoral británica a las elecciones del 8 de junio se ha escorado hacia la cuestión de la seguridad y las medidas contra el terrorismo tras los ataques de las últimas semanas y, especialmente, del pasado sábado en el puente de Londres. Este debate ha eclipsado otros asuntos como el de la
sanidad, en el que ambos candidatos tienen visiones contrarias, aunque sí coinciden en conservar a los sanitarios europeos en el
Sistema Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) tras el
brexit.
El punto más claro en el que difieren ambos candidatos es en la cantidad de dinero que a inyectar en el NHS durante la próxima legislatura.
El programa conservador recoge un aumento de la financiación en 8.000 millones de libras (unos 9.200 millones de euros), la misma cifra que prometía
Jeremy Hunt, hasta ahora Secretario de Estado de Sanidad. Cantidad considerada insuficiente por el director del NHS,
Simon Stevens, que reclamaba una inyección de 21.000 millones de libras (unos 24.100 millones de euros) para asegurar la sostenibilidad del sistema.
En el
lado laborista, la promesa pasa por inyectar 30.000 millones de libras (34.400 millones de euros) más al presupuesto sanitario. En su programa defienden que esta financiación se conseguirá "aumentando los impuestos al cinco por ciento de quienes más cobran y subiendo las
tasas de los seguros médicos privados".
Sanitarios europeos
Uno de los pocos puntos en los que coinciden ambos partidos es en la necesidad de que los sanitarios europeos que trabajan en el NHS no abandonen el país tras el
brexit. El documento de Corbyn dice que "los laboristas garantizarán inmediatamente los derechos de los trabajadores de la UE en nuestro sistema de salud y cuidados".
El documento de
Theresa May define como "prioridad" en las negociaciones con la UE que los 140.000
sanitarios de países europeos "sigan haciendo la vital contribución" al NHS. Los conservadores introducen un matiz que les diferencia de los laboristas: quieren sumar 1.500 plazas para los estudiantes de Medicina al año, una medida ya anunciada en 2016. Para justificar esta inversión el documento señala: "No podemos continuar confiando en traer trabajadores sanitarios en lugar de formar a los suficientes nosotros mismos".
Cobro a inmigrantes
Una idea que se ha acentuado desde el
referéndum del brexit es la posibilidad de ampliar los
cobros a los inmigrantes por la asistencia sanitaria, incluso si es
a través Urgencias o si se trata de
mujeres embarazadas. Actualmente,
el Reino Unido exige un pago de 200 libras al año (229 euros) a quienes solicitan una visa de trabajo y de 150 libras anuales (171 euros) a los estudiantes. Si sale elegida, May pretende aumentar estos cobros a 600 libras (687 euros) y a 400 libras (458 euros) al año, respectivamente.
En el programa laborista se menciona la creación de un fondo para el uso de los servicios públicos que hagan los inmigrantes que sea alimentado mediante tasas a las inversiones extranjeras en Reino Unido.
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