Los posibles casos de
gripe de camello asociados a varios jugadores de la selección de Francia del Mundial de fútbol celebrado en Qatar han rescatado la necesidad de seguir controlando una enfermedad que ya era conocida entre el colectivo médico desde que se detectará por primera vez en 2012 en Arabia Saudí. Su nombre científico es el
síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y está causado por
un coronavirus, el
MERS-CoV. Una característica que lleva a relacionarlo con el Covid-19, y aunque sí acumula ciertos comportamientos similares, difiere en varios aspectos como la transmisión o los síntomas.
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya advirtieron a los aficionados que iban a desplazarse hasta Qatar de la necesidad de
vigilar la aparición de posibles síntomas. Y es que desde que se detectó en 2012 hasta octubre de 2019 se han detectado
2.400 casos de infección en 27 países, aunque el 80 por ciento de los casos se han registrado en Arabia Saudita. Además, ha provocado
800 muertes.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), que cuenta con datos de este año, asegura que desde principios de 2022 y hasta el 5 de diciembre de 2022 se han notificado
seis casos de MERS-CoV distribuidos en:
Arabia Saudí (3), Qatar (2) y Omán (1), incluida una muerte. Todos los casos fueron casos primarios y
todos menos uno informaron de contacto con camellos. Mientras que los casos más recientes informados en Qatar antes de estos fueron en febrero de 2020 y febrero de 2019.
¿Qué síntomas tiene la gripe de camello o MERS-CoV?
El coronavirus MERS-CoV es un
virus zoonótico que se transmite de animales a personas. Según se desprende del análisis de varios de sus genomas, se cree que el patógeno se originó en murciélagos y se transmitió posteriormente a los
camellos. Estos son actualmente el principal foco de transmisión, ya que el contacto humano con ejemplares infectados está detrás del contagio a las personas.
Respecto a las consecuencias de estar infectado por la gripe de camello, al igual que con el covid, puede ser que la persona que contraiga la enfermedad se muestre
asintomático o sintomático leve, moderado o grave. Las afecciones son
respiratorias y entre los síntomas típicos, según recoge la OMS, se encuentran
fiebre, tos y dificultad para respirar.
La
neumonía también está catalogada como un “hallazgo común”, pero es posible que los pacientes con MERS no siempre desarrollen esta afección. También se han notificado
síntomas gastrointestinales, incluida la diarrea. En caso de que se trate de una enfermedad por MERS-CoV grave, esta puede causar
insuficiencia respiratoria que requiera ventilación mecánica o apoyo en una unidad de cuidados intensivos (UCI).
Riesgo de contagio y letalidad del MERS-Cov
Las personas mayores, las personas con sistemas inmunitarios debilitados y aquellas con enfermedades crónicas como enfermedad renal, cáncer, enfermedad pulmonar crónica, hipertensión, enfermedad cardiovascular y diabetes parecen tener un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave.
Respecto a la
letalidad de la gripe de camello, aproximadamente el
35 por ciento de los casos notificados a la OMS han muerto, pero el propio organismo advierte que esto puede ser una
sobreestimación de la verdadera tasa de mortalidad, ya que los sistemas de vigilancia existentes pueden pasar por alto los casos leves de MERS.
¿Cura para la gripe de camello?
Según advierten varios organismos sanitarios internacionales, en la actualidad
no se dispone de ninguna vacuna ni de ningún tratamiento específico, aunque hay varias terapias y estrategias de inmunización específica frente al MERS-CoV en proceso de desarrollo clínico.
Como
precaución general, cualquier persona que visite granjas, mercados, establos u otros lugares donde haya dromedarios y otros animales debe practicar medidas generales de higiene, incluido el
lavado regular de manos antes y después de tocar animales, y debe evitar el contacto con animales enfermos.
El
consumo de productos animales crudos o poco cocidos, incluidas la leche y la carne, también conlleva un alto riesgo de infección por una variedad de patógenos que pueden causar enfermedades en los seres humanos. Los productos de origen animal que se procesan adecuadamente mediante cocción o pasteurización son seguros para el consumo, pero también deben manipularse con cuidado para evitar la contaminación cruzada con alimentos crudos. Para la OMS, la carne de camello y la leche de camello son productos nutritivos que se pueden seguir consumiendo después de la pasteurización, la cocción u otros tratamientos térmicos.
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