El sistema sanitario nunca se había enfrentado a una crisis como la vivida durante este último año a causa de la
pandemia de Covid-19. Una situación que ha supuesto un antes y un después para todos los sectores implicados en ella.
Cristina Contel, presidenta de la Comisión de Sanidad y Asuntos Sociales de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y presidenta de honor de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), se une al documento de
Redacción Médica, Lecciones Covid, para dar su perspectiva de
cómo esta crisis ha afectado al sistema.
En este análisis, Contel hace balance de los meses más duros de la pandemia, desde la primera ola, hasta el presente con las campañas de vacunación. Una realidad en la que pone de manifiesto su opinión sobre una necesidad de
impulsar la colaboración público-privada para mejorar la respuesta dada ante esta crisis y ante futuras.
¿Qué medidas considera que fueron las más exitosas en la primera ola de Covid-19?
Nos tenemos que quedar con las medidas de colaboración público-privada. La privada se puso, desde el primer momento, a disposición de las administraciones públicas. Aquellas comunidades autónomas que sumaron fuerzas con este sector son las que realmente han aprendido la lección. No me refiero a aquellas que simplemente se sirvieron de respiradores y de equipamientos técnicos, y no tuvieron en cuenta a los agentes del sector privado en la planificación o en la toma de decisiones.
Contar con todas las fuerzas y con todos los recursos que se disponían ha sido una de las cosas más importantes: en esos momentos se priorizó lo que realmente era importante, la salud de nuestra población, dejando con ello a un lado los prejuicios.
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"No se han tomado medidas sobre los errores que ya teníamos detectados"
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¿Cuáles fueron los mayores errores que se cometieron en esta primera ola?
En primer lugar, la falta de coordinación. Esa descoordinación entre el ámbito sanitario y social no permitió la continuidad asistencial, ni entre distintos niveles de asistencia, ni entre territorios. Eso ha traído consecuencias importantes, sobre todo, en temas de actividad.
Otro error es que tenemos que ir a lo urgente pero sin dejar a un lado temas inaplazables, como es el caso de los pacientes crónicos y dependientes. Posponer consultas, pruebas diagnósticas, suspender tratamientos, el aislamiento físico y emocional. etc. han agravado estas patologías, por lo que ahora estamos ante un paciente crónico más complejo clínicamente. La parálisis del sistema ha incrementado las listas de espera. A pesar de que en el 2020 no salen estos datos, el problema es que no se han realizado las pruebas diagnósticas, por tanto, es un círculo vicioso.
Por último, también destacar la falta de un criterio consensuado entre los 17 sistemas autonómicos de salud.
¿Qué cree que ha hecho que España afronte una tercera ola como la que se ha vivido?
Nos hemos quedado en el análisis. Hemos analizado la primera ola, la segunda y la tercera, pero no se han tomado medidas sobre los errores que ya teníamos detectados, y hemos continuado manteniéndolos.
El tema de la colaboración público-privada no se está integrando para la vacunación. Además, sigue habiendo carencia de profesionales y, en cambio, nos encontramos con una ley de ratio en la que se está obligando a hacer una modificación de plantillas sin tener en cuenta la realidad de cada centro.
En este sentido, nos ha faltado y nos falta una toma actual y rápida de decisiones, que es lo que hemos intentado promover con el Decálogo de la Comisión de Sanidad y Asuntos Sociales de la CEOE.
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"Debemos aprender de la experiencia para hacer frente a futuras pandemias"
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¿Qué medidas se deben tomar para detener la pandemia en nuestro país?
Aprender de todas las medidas de las cuatro olas. La experiencia es un grado y de ella tenemos que aprender si queremos hacer frente a futuras pandemias o crisis sanitarias.
¿Confía en que la vacuna es la solución a esta situación creada por el coronavirus?
Sí, por supuesto. Es una de las soluciones y tenemos que aprovechar para ser muy ágiles y tener una visión muy integradora del concepto
One health, con una vista clara a una red de epidemiovigilancia que hemos desatendido.
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