La nueva
Ley de Contratación Pública que entró en vigor el pasado mes de marzo ha supuesto un
cambio de paradigma en el sector sanitario para Francisco Valero, vocal asesor de
Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), y Josep María Giménez, director económico del
Hospital de Bellvitge, quienes han protagonizado la mesa
Best Practices en indicadores de resultados en salud en nuestros servicios hospitalarios de la segunda jornada de la
Cátedra Salud, Crecimiento y Sostenibilidad MSD-UIMP.
Ambos ponentes han explicado que la nueva ley
quita peso al aspecto económico en la contratación pública de medicamentos y tecnologías sanitarias e incentiva otros aspectos, como el
criterio de valor, lo que “permite ahondar en la compra pública estratégica para
impulsar la innovación en el Sistema Nacional de Salud (SNS)”, ha apuntado Giménez.
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Hasta ahora, cuando comprábamos, lo hacíamos buscando soluciones concretas. A partir de la nueva ley podemos tener una visión más global”, ha continuado Giménez, quien ha señalado la importancia de incorporar las nuevas tecnologías orientadas a los resultados asistenciales para optimizar recursos.
"La incorporación de innovaciones nos permite reducir la tasa de reingresos, con lo que estos proyectos se autofinancian, pues reducen costes"
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Un extremo en el que ha coincidido Valero, que ha defendido el
gasto en I+D en el sector sanitario como una inversión que puede garantizar la sostenibilidad del SNS, pero sólo si se “conjuga la aplicación de la innovación con el uso racional de los recursos”. El vocal asesor del Ingesa ha explicado que las nuevas herramientas y los medicamentos más eficientes conllevan beneficios tanto a nivel asistencial como económico, puesto que mejoran la efectividad de los tratamientos, lo que aumenta la productividad y disminuye el coste de los servicios, además de aportar mayor confort a pacientes y profesionales. “No es un gasto, sino una inversión”, ha enfatizado.
Unas afirmaciones que ha venido a ratificar Giménez con ejemplos de algunos proyectos que están desarrollando en su hospital: “Ya es posible integrar indicadores de una enfermedad del paciente en un sistema de información clínica, que alerte a los profesionales y haga coparticipe de la prevención a los pacientes, que pueden detectar las señales de alerta y preguntar a su médico mediante videoconsulta.
Todo esto reduce la tasa de ingresos y reingresos, con lo que conseguimos que los proyectos que incorporan estas nuevas tecnologías se autofinancien, puesto que reducen los costes derivados de los ingresos hospitalarios”.
Para que todo esto sea posible y eficiente, Valero ha señalado que
es importante la realización de auditorías, puesto que para priorizar la compra de unos u otros recursos “debe haber una evidencia demostrada”. Para ello, ha explicado que sería necesario realizar análisis sobre las últimas innovaciones que salen al mercado que evalúen qué hay que incorporar.
Nuevos mecanismos de compra
Ambos ponentes también han explicado que la nueva ley les permite desarrollar nuevos mecanismos de compra, como
incorporar un porcentaje del precio del producto que sólo se pague si se cumplen determinados objetivos asistenciales, como la reducción de ingresos hospitalarios. O adquirir medicamentos mensualmente con unos presupuestos fijos en los que la variación al alza, cuando se necesitan más fármacos de los que se tenían previstos, es asumida por la empresa proveedora y a la baja por el hospital, dentro de unos límites previamente acordados, “lo que también reduce costes”, ha explicado Giménez.
Valero, por su parte, ha explicado que desde el Ingesa también están trabajando en “una iniciativa transversal de compra de medicamentos”, aunque ha aclarado que
no pretenden centralizar todas las compras de fármacos, sino “detectar en qué nichos podemos ser más eficientes a la hora de comprar de forma centralizada”.
Asimismo, el vocal asesor del Ingesa ha informado de que también
se están incorporando criterios clínicos a la toma de decisiones a la hora de comprar medicamentos. De esta forma, se le da más peso a los facultativos al dejarles que elijan la solución que consideran más adecuada para cada paciente en función de su situación, para lo que el médico “tendrá que hacer un pequeño informe en el que explique por qué elige una solución y no otra”.
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