Comienza el mes de septiembre y con él dan el pistoletazo de salida la mayoría de
ligas nacionales de los deportes colectivos, entre ellos, fútbol, balonmano y baloncesto. Los medios de comunicación anuncian los fichajes oficiales de cada equipo y publican sus primeras imágenes en los clubes pasando los famosos "reconocimientos médicos”. Un procedimiento controlado, en la mayoría de ocasiones por
médicos deportivos.
Desde 2015 el MIR no contempla la Medicina del Deporte como una especialidad. Aun así, numerosos facultativos tuvieron la oportunidad de formarse en esta rama y dedicarse a lo que más les gustaba en su momento. Entre ellos, se encuentra
José Antonio Gutiérrez, médico del FC Barcelona de balonmano y coordinador de Assisport, centro de Medicina del Deporte de Assistència Sanitària: “Siempre he tenido dos pasiones: el deporte y la Medicina”. Por ello, lo tuvo claro desde el primer momento y decidió embarcarse en un viaje
a lo largo de la especialidad médica deportiva.
Además, a esa pasión se sumó que José Antonio nació en Barcelona, “una ciudad en la que es mucho más fácil compaginar ambas cosas ya que siempre ha habido una gran tradición deportiva”. Según cuenta a
Redacción Médica, primero trabajó en el
Gobierno de la Generalitat de Cataluña como responsable de la salud en el área deportiva. “Compaginé ese cargo con el balonmano, el deporte que siempre había practicado”, explica.
Trayectoria profesional en la Medicina deportiva
Este 2024, José Antonio ha cumplido su
32º año en el club blaugrana. Pero no solo ha tenido contacto con su deporte de toda la vida: “He podido trabajar de cerca con la mayoría de deportes individuales y colectivos a través de la Residencia Joaquín Blume y el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat”, dos lugares destinados a los deportistas de alto rendimiento.
Durante su amplia trayectoria, según afirma, ha aprendido que los principales retos de un deportista siempre han sido querer correr más rápido, saltar más o tirar más lejos, en resumen,
mejorar cada día. Señala que en los deportes individuales la lucha es contra uno mismo, mientras que en los colectivos la intención de cada jugador es mantenerse: “Llegas a jugar a un equipo que satisface tus niveles y tus ambiciones y lo que quieres es seguir ahí”.
"Todas las personas que tengan una vida activa deberían pasar un reconocimiento médico"
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Para el médico del FC Barcelona, el deportista se autoexige mejorar el rendimiento de su cuerpo. Y para que esto ocurra y estén preparados físicamente existen los controles que realizan los equipos médicos del club o más conocidos como
“reconocimientos médicos”.
“Todo el mundo con una vida activa debería pasar por este tipo de procesos”, asegura Gutiérrez. Aun así, explica que un deportista dedica una serie de horas a la semana a exigirle a su cuerpo, por lo que dicho reconocimiento debe ser
más exhaustivo que el de una “persona de calle”.
El médico blaugrana indica que cualquier persona que quiera hacer deporte debe pasar por dos tipos de reconocimientos. En primer lugar, uno de actitud deportiva en el que se responda a
si uno puede o no practicarlo adecuadamente. “La respuesta siempre suele ser sí”, confirma. A continuación, se debe estudiar hasta qué nivel de exigencia puede llegar esa persona: “Hay que valorar si se tiene una patología de base, si se es asmático, si se tiene una lesión cardiológica importante o si existe algún problema a nivel de aparato locomotor”. Una vez se finalice esa parte viene la especificidad.
“Cuando un deportista ya se plantea
entrenar a la máxima intensidad para jugar en un gran equipo se requiere de otro tipo de exploración médica”, explica. En el equipo que acompaña Gutiérrez actualmente, suele realizar reconocimientos de salud anuales o bianuales. Luego existen los controles que aseguran que los jugadores pueden realizar ejercicios de fuerza, por ejemplo: “Hacemos dos o tres controles anuales enfocados en factores relacionados con el entrenamiento”.
Atención constante a la salud y a la condición física de un jugador
El médico deportivo señala que la diferencia entre su función y la de los traumatólogos es que “ellos son como los mecánicos que se encargan de arreglar la chapa y la pintura del coche (deportista), mientras que nosotros intentamos que el deportista no se estropee”. Para ello,
valoran el día a día de cada jugador, cómo es su alimentación, cómo es su descanso y cuál es
la situación de su salud mental, para analizar cómo le puede afectar a su entrenamiento y a su rendimiento.
"Los traumatólogos se encargan de reparar daños en los deportistas, los médicos deportivos intentamos que no se estropeen"
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Gutiérrez tiene que coordinarse con el entrenador del FC Barcelona de balonmano, Antonio Carlos Ortega, para “intentar
repartir las cargas en jugadores que tienen más o menos minutos en el campo”. También se encarga de solucionar los problemas de salud de cada uno, desde un resfriado hasta una lesión deportiva. “Procuro conseguir que los deportistas están en condiciones para
jugar todos los partidos el mayor número de veces posible”, indica.
Para poder realizar un seguimiento de la carga de cada miembro del equipo, Gutiérrez emplea nuevas tecnologías, como
un nuevo GPS que le permite registrar el entrenamiento en vídeo y observar la condición de cada jugador. Dicha información la gestiona con el preparador físico y con el entrenador para corregir desviaciones o sobrecargas pero, lo más importante para él, es el jugador: “Hay que escuchar siempre al deportista, porque las sensaciones que tienen ellos son muy difíciles de detectar”.
"Hay que escuchar siempre al deportista, sus sensaciones son muy difíciles de detectar"
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Según el médico, existen dos tipos de patologías en los deportistas:
las intrínsecas y las extrínsecas. Las segundas se generan por elementos externos a nuestro cuerpo, como un contrario o una pelota. “Las intrínsecas se generan en nuestro propio organismo por nosotros mismos, ya sea por un salto, una caída o una frenada”, explica.
Gutiérrez señala que las intrínsecas son más comunes en deportes individuales, mientras que las extrínsecas en colectivos. En balonmano, por ejemplo, al ser un deporte de contacto,
“lo más común es encontrarse con lesiones por contusión o malos movimientos articulares".
La necesidad de más médicos deportivos
Lamentablemente, para el médico deportivo, existe un
problema de regulación de la especialidad. “Es un tema que hay que resolver”, asegura. Según argumenta, el coste sanitario es una espiral que acompaña a la longevidad de las personas. “Es importante que la gente haga ejercicio, ya que cada vez somos más mayores”. Pero no de cualquier forma, ya que “si está controlado y aconsejado por un médico del Deporte, mucho mejor”.
Si a Gutiérrez le preguntaran qué le aconsejaría a un joven estudiante de Medicina que quiere seguir sus pasos lo tendría claro:
“Le diría que nos hace muchísima falta”. Por eso mismo, asegura que
debe volver la especialidad que le vio crecer.
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