De todos es sabido que la
crisis no ha traído nada bueno para el empleo, tampoco para el público, y mucho menos para el sanitario.
Según un informe de la
Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), en 2011 se alcanzó el punto más alto de proporción de profesionales del Sistema Nacional de Salud por habitante, cuando llegó a haber 16 sanitarios públicos por cada 1.000 habitantes.
Este crecimiento suponía la suma de 2,6 profesionales por cada 1.000 ciudadanos desde 2002, un aumento del 19 por ciento. No obstante, la
caída del empleo después de este año ha supuesto que a finales de 2014 hubiera pocos más sanitarios por habitante que los que había en 2007. En concreto, el primer año de la crisis había 14,2 profesionales por cada 1.000 personas, mientras que en 2014 esa cifra era de 14,5.
Es decir, que si en 2011 el crecimiento con relación a 2002 era de un 19 por ciento, a finales de 2014 el aumento con respecto al año base era del ocho por ciento.
Cinco comunidades por debajo de la media
En 2014 había
cinco comunidades por debajo de esta media de 14,5 sanitarios por cada 1.000 habitantes. Se trata de Andalucía, Baleares, Castilla-La Mancha, Cataluña y Madrid. Por su parte, Navarra, La Rioja, Extremadura y Murcia tienen valores por encima de la media, que en el caso de Navarra llega a 20 sanitarios por cada 1000 habitantes.
La Airef señala que las
diferencias entre comunidades en cuestión de trabajadores no pueden ser concluyentes de que unas recorten más que otras. La reducción de costes puede venir no sólo de echar a profesionales a la calle, sino también de bajar los salarios.
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