La
colaboración público-privada en sanidad ha sido clave para afrontar el
coronavirus Covid-19 en España. La unión de ambas fuerzas no solo ha demostrado ser un “binomio inseparable” para combatir esta crisis sanitaria, sino que también ha sido un
“gran ejemplo” a tener en cuenta para futuras pandemias.
Así lo considera
Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), quien, con su testimonio, se une al
Especial Lecciones del Covid-19, un documento impulsado por
Redacción Médica donde los principales actores de diferentes ámbitos de la sociedad analizan lo que ha supuesto esta pandemia desde su estadillo en marzo de 2020. “La sanidad española, sin separar la pública de la privada, ha demostrado su
gran fortaleza y capacidad de resiliencia. Y esto hizo, sobre todo en los peores momentos, que
el sistema no colapsara”, reflexiona el presidente de la patronal.
¿Qué balance hace de la gestión de la pandemia del coronavirus Covid-19?
La situación que hemos vivido era tan complicada como inesperada, por lo que era difícil estar preparados para una circunstancia de este tipo. Hemos tenido, en muchos casos, que ir aprendiendo sobre la marcha, luchando contra
un virus que ha puesto en jaque nuestras vidas por completo, y que ha provocado un enorme daño humanitario, que es el peor de todos. Pero también nos ha ocasionado graves perjuicios sociales y económicos, obligando a paralizar nuestro día a día por completo.
En un primer momento, el objetivo único era el de controlar la propagación del virus, y creo que a eso nos pusimos manos a la obra administraciones públicas, empresas y, en general, todos los ciudadanos, cada uno en su papel. Era una fase muy dura, pero con un objetivo claro.
Posteriormente, junto al cuidado de la salud, tuvimos que empezar a atender otras cuestiones, por lo que
la gestión de la pandemia se fue complejizando más. Progresivamente, el fin tenía que ser hacer compatible el cuidado de la pandemia, por supuesto, pero también ir acometiendo la
reactivación económica en nuestro país. Y es que, el cierre total de la economía no solo perjudica al tejido productivo y a los empleos, sino que supone también un problema de salud pública. Lo saben quienes ven sus puestos de trabajo o la empresa de toda su vida amenazada; quienes viven solos y no pueden salir a comunicarse con nadie; los mayores que han tenido que vivir en soledad estas situaciones tan duras… Todo ello acarrea problemas, por ejemplo, de
salud mental.
"El punto más fuerte de la sanidad tras la pandemia del Covid-19 han sido sus profesionales"
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Por ello, nosotros, en CEOE, a través de su fundación, pusimos en marcha rápidamente el programa ‘Empresas que ayudan’, con el fin de conectar la solidaridad de las empresas y autónomos de este país con las necesidades de las ONG que atienden a las personas en situación de exclusión. Esta iniciativa permitió que
se donaran mascarillas y material sanitario cuando este escaseaba, o que se contribuyera a la donación de alimentos o aparatos informáticos para luchar contra la brecha digital.
En este sentido, desplegamos también el ‘Plan Sumamos. Salud más economía’, para ayudar desde la empresa a las autoridades sanitarias uniendo fuerzas. Creo que este proyecto es un
gran ejemplo de colaboración público-privada, que ha demostrado que salud y economía son un
binomio inseparable. En concreto, el objetivo de este proyecto fue, en un principio, realizar desde las empresas
pruebas de detección de Covid-19, para favorecer el diagnóstico precoz de contagios y que las personas afectadas pudieran aislarse para no propagar el virus.
En segundo término, contribuimos a
acelerar la vacunación de la población, ya que esa era la mejor política sanitaria y económica que podíamos aplicar cuando la ciencia hizo su trabajo y fueron llegando las vacunas. Desde su inicio, el ‘Plan Sumamos. Salud más economía’ ha firmado convenios con 12 comunidades autónomas y la ciudad autónoma de Ceuta, cubriendo más del 90 por ciento de la población.
Las empresas han vacunado en sus centros de trabajo y además, por ejemplo, se han realizado en torno a un millón de test de antígenos.
¿Cuáles cree usted que han sido los puntos más fuertes de la sanidad española a la hora de hacer frente a la pandemia? ¿Y los débiles?
Aunque siempre puede haber puntos de mejora, creo que
el sistema sanitario ha demostrado su gran fortaleza y capacidad de resiliencia. Y yo hablaría, en efecto, de sanidad española, sin separar la pública de la privada, porque hemos dado un gran ejemplo de colaboración y de capacidad de unir fuerzas. Esto hizo, sobre todo en los peores momentos, que
no colapsara el sistema sanitario.
En todo caso, sin duda,
el punto más fuerte de la sanidad han sido sus profesionales, a quienes desde CEOE agradecemos siempre la labor encomiable que han realizado. Han dado lo mejor de sí mismos todos: personal de Medicina, Enfermería, limpieza, celadores, auxiliares, conductores de ambulancia, gestores y directivos que han tenido que organizar el trabajo en condiciones muy complejas, etc. Otro punto fuerte ha sido el del ejemplo de colaboración público-privada que hemos sabido dar a todo el mundo. Nunca sobran las fuerzas ni los recursos de nadie, pero menos todavía en situaciones extremas.
¿Queda España preparada para afrontar una nueva pandemia de cara al futuro?
Ojalá no tengamos oportunidad de comprobarlo, pero en CEOE estamos seguros de que es importante hacer balance para guiarnos por los criterios de los expertos. Éstos nos puedan indicar cuáles son aquellos aspectos positivos que tenemos que potenciar y, por supuesto, los no tan buenos que debemos corregir. Solo así podremos extraer lecciones para enfrentarnos a contextos adversos como el que hemos vivido.
Garamendi pide desterrar "los mensajes maniqueos" que fomentan el prejuicio contra la colaboración público-privada
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A mí sí que me gustaría que, en el futuro, cuando hablemos de
modelos de gestión, hablemos de excelencia, de
garantizar la atención universal y de calidad que los ciudadanos reclamamos y merecemos. Y que desterremos del debate político los
mensajes maniqueos que sirven de altavoz para fomentar
prejuicios sobre modelos de gestión como la colaboración público-privada. En este país no sobra nadie y, en sanidad, menos.
¿Qué aprendizaje personal le deja a usted la pandemia del Covid-19?
Creo que, como tanta gente, he podido reflexionar sobre
lo frágiles que podemos ser las personas y que en ocasiones se nos olvida. Pero, también he podido constatar, como nunca,
la fortaleza de este país, que ha sabido levantarse y sobreponerse a las adversidades, que han sido muchas.
Por otro lado, para mí, como presidente de los empresarios españoles, ha sido emocionante ver cómo cada uno ha dado lo mejor de sí: luchando por mantener a flote su negocio y salvando el mayor número de puestos de trabajo posible;
reconvirtiendo su actividad para ayudar a paliar la falta de material sanitario al inicio de la pandemia; dando ejemplo de solidaridad ayudando a las personas más vulnerables; implicándose en el Plan Sumamos para contribuir a hacer posible la convivencia entre cuidado de la salud y la economía, entre otras actitudes que quedarán en nuestra memoria siempre. Siento un orgullo inmenso.
Además, me quedo también con
la fortaleza del diálogo social, pues, desde 2020 hemos alcanzado hasta 12 acuerdos, entre los que destaca la
articulación de los ERTE extraordinarios y las cinco prórrogas posteriores. Lo digo siempre:
el diálogo social funciona incluso cuando no hay acuerdo. Pero creo que, en la pandemia, los agentes sociales hemos sido capaces de dar un ejemplo de generosidad y hemos estado a la altura, como lo han estado los trabajadores, empresarios y autónomos de este gran país.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.