El Comité de Bioética de España, dependiente del Instituto de Salud Carlos III, ha publicado una guía para para conocer las consideraciones éticas y jurídicas sobre el uso de contenciones mecánicas y farmacológicas en el ámbito social y sanitario.
Con él, los profesionales sanitarios podrán saber los problemas de seguridad y riesgos de los pacientes contenidos, un capítulo de consideraciones éticas y una lista de 16 consejos en su realización.
En el documento se especifica que antes de instaurar las contenciones imprescindibles, se deben buscar alternativas. Asimismo, analizar las circunstancias en las que se encuentra el paciente y ser muy exigentes en la humanización de su atención, es decir, que cuidar no sea solo aplicar unos protocolos y mantener unos riesgos. Por ello, de acuerdo con los principios éticos universalmente establecidos y con el reconocimiento de los derechos de los pacientes y usuarios, es preciso que la asistencia se dé con humanidad y con compasión.
Esta guía aconseja que la aplicación de una medida de sujeción no puede conducir a la discriminación de la persona por parte del personal que la atiende, sino al contrario. Precisamente por la situación en la que se encuentra, la persona deberá ser tratada con la máxima consideración y respeto. Para ello, los profesionales sanitarios aplicarán sólo el tiempo estrictamente necesario, y siempre se hará de forma proporcional, garantizando el bienestar de la persona contenida y con las precauciones necesarias para causarle el mínimo daño, precisando el consentimiento previo del paciente, que en caso de incapacidad debe de ser prestado por representación.
Las circunstancias exentas del uso de contenciones
Pueden quedar exentas de solicitar inicialmente el consentimiento informado las situaciones asistenciales que conlleven un riesgo vital urgente, pero siempre que sea posible se debe informar a los familiares o acompañantes de la necesidad de aplicar esta medida, solicitando el consentimiento para la misma por escrito, y asegurando que el paciente participe en la medida de lo posible en la toma de decisiones a lo largo del proceso sanitario.
Por último, el documento destaca que se deben desarrollar acciones o programas de sensibilización, orientación y formación que promuevan el menor uso posible y adecuado de sujeciones como medida terapéutica que es, y siempre como último recurso, dirigidas a la ciudadanía en general además de al conjunto de profesionales de los sistemas social y sanitario.
España, uno de los países de la UE que más sujeciones usa en pacientes
El uso de sujeciones en España es más frecuente que en los países de su entorno. Por ello, el debate sobre su uso, la idoneidad de sus indicaciones y las condiciones de la práctica del procedimiento es trascendente, tanto por la frecuencia de su uso, por aplicarse en determinadas circunstancias o por saber cómo afecta a los derechos fundamentales del individuo (de libertad, respeto, dignidad y autonomía personal).
Este informe surge después de que en los últimos años haya aumentado el protagonismo la utilización de este tipo de contenciones, entendiendo como tales las medidas destinadas a privar a un paciente de su libertad de movimiento, en estos ámbitos. El objetivo no es otro que salvaguardar la humanidad en el trato y en la asistencia cotidiana con el paciente ya que, aunque la contención es legítima y puede estar justificada, pueden darse casos adecuados o no.
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