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¿Cómo se puede distinguir una 'fake news' sanitaria de estudios veraces?

El fenómeno de las noticias falsas en internet es particularmente preocupante en la información sobre la salud

La verificación de la información es fundamental para distinguir los datos auténticos de los falsos.

07 abr 2018. 12.00H
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POR PABLO RODRÍGUEZ
Las ventajas que ha reportado internet para todos los ámbitos de la vida personal y profesional de sus usuarios son evidentes. Pero, como todo, la red de redes también lleva aparejados importantes aspectos negativos que pueden llegar incluso a perjudicar la salud de los ciudadanos, en especial si se trata de noticias falsas relacionadas con el ámbito sanitario.

Este fenómeno adquiere un dramatismo especial si los que consumen y creen como veraces estas noticias falsas son los sanitarios. Por ello, es importante que los profesionales sepan distinguir entre las 'fake news' y las investigaciones veraces que se publican en internet, para lo que existen ciertos hábitos que le ayudarán en esta tarea.

En este sentido, la práctica principal que debe adquirir el sanitario que consulta información científica en la red es la de verificar los datos que está consumiendo, según indica el Decálogo para combatir las 'fake news' o noticias falsas en la era de la posverdad de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM). Para este fin existen diversos métodos, entre los que destaca la consulta de noticias y estudios en portales de reconocida credibilidad, como revistas especializadas, instituciones oficiales o medios y profesionales de la comunicación de reconocida trayectoria y calidad periodística.

No obstante, las dinámicas por las que se rige internet pueden hacer que, en muchas ocasiones, a la pantalla del profesional lleguen noticias de dudosa procedencia ante la que no se sabe muy bien qué hacer. En este caso, lo principal es comprobar que la información cuenta con una fuente de reconocida credibilidad o con varias referencias que contrasten debidamente los datos que se aporten y, en el caso de investigaciones y estudios, que estos estén hipervinculados de ser posible. Asimismo, es recomendable desconfiar de los textos que no tengan ninguna fuente correctamente referenciada.

En este sentido, el informe Los ciudadanos ante la e-Sanidad del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI) señala que las fuentes de información más fiables en temas sanitarios son los propios médicos y enfermeras, seguidos de farmacéuticos y los medios de comunicación. Si, pese a todo esto, la credibilidad de los textos sigue siendo dudosa, existen herramientas como las búsquedas avanzadas en Google, First Draft News u Hoaxy para verificar su autenticidad. 

Espíritu crítico y fecha de publicación

Asimismo, el decálogo de la APM señala la importancia de mantener el espíritu crítico en toda lectura, "para evitar la circulación masiva de bulos". Para ello recomienda "comprobar la confiabilidad del medio o autor del texto, tener presente los posibles sesgos" y, como ya se ha apuntado anteriormente, examinar las fuentes.

Otro aspecto importante es de las investigaciones y estudios obsoletos. Y es que los especialistas sanitarios advierten de que muchas de las informaciones sanitarias que circulan por internet no están actualizadas por los últimos avances médicos, según el II Informe eHealth On. Por ello, es fundamental que el profesional compruebe la fecha del texto que lee y realice una búsqueda para confirmar que no hay una actualización del mismo.

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.