Del mismo modo que avanzan las sociedades, lo hacen los
códigos de vestimenta de profesiones uniformadas como las sanitarias. Si hace años sería impensable ser atendido por un médico con
piercings sin camisa o corbata o una enfermera tatuada sin su falda larga o
incluso la criticada cofia, actualmente puede ser un elemento cada vez más habitual. Pero ¿cómo se gestionan las normas de vestimenta para los sanitarios? ¿Se puede dejar esta decisión al criterio de los propios profesionales? Para ello
Sanitaria 2000 ha reunido a tres representantes de los afectados para debatir sus diferentes posturas.
¿Cómo está la normativa actual respecto a la vestimenta? Se sabe que comunidades como Cantabria, País Vasco, Asturias, Murcia, Comunidad Valenciana, Castilla y León, La Rioja, Andalucía, Aragón, Navarra, Extremadura y Ceuta no tienen ningún tipo de instrucción o protocolos sobre códigos de vestimenta, pero ¿cuál es la realidad del sanitario cuando tiene que acudir a su centro de trabajo?
Almudena Santano, directora de Enfermería del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid: Nosotros tenemos instrucciones sobre la
forma de acudir al centro de trabajo, que son uniformes asociados a la categoría profesional y relativamente en función de colores. Tenemos normativas con respecto a la identificación del profesional. No hay una norma concreta pero sí que hay recomendaciones en cada uno de los centros, son normas internas de funcionamiento.
Si son recomendaciones, ¿se puede el sanitario saltar esas recomendaciones?
Almudena Santano: Nosotros recomendamos que no. Es decír, sí y no. Creo que es adecuado que los usuarios y los ciudadanos que acudan a nuestro centro sepan exactamente con quién están hablando, qué profesionales son. El uniforme en sí quita el peso al individuo y hace colectivización del grupo.
El vicesecretario general de CESM en su primera intervención.
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Gabriel del Pozo, vicesecretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM): A mí lo único que me parece regulable es lo que acaba de comentar Almudena. Cuando tú llegas a un centro sanitario tienes que saber con quién te estás relacionando. Únicamente es la identificación, el resto yo creo que va dentro de las normas habituales de convivencia. Puedes obligar a una forma de comportamiento y una forma de limpieza, aseo... El resto cada uno puede ir como mejor le parezca. Mientras se mantenga el respeto creo que la libertad individual de cada uno tiene que estar en manos de cada uno, no debe ser algo que se deba regular.
Nelson Montes, Médico Interno Residente de segundo año en el Hospital 12 de Octubre de Madrid: Yo, desde la parte menos institucional, como profesional que hace atención a los pacientes y un poco como persona además que lleva una estética que yo sé que no es la más normativizada dentro de mi colectivo, la verdad es que no hemos tenido nunca problemas en ese sentido. Reforzar un poco el mensaje de que es fundamental que todos vayamos correctamente identificados, que los pacientes sepan quién se está dirigiendo a ellos, quién les está cuidando y a quién se dirigen. El tema de la vestimenta, la estética y demás, en la realidad del día a día yo creo que no hay problemas.
Almudena Santano: Algo que sí me gustaría apuntar es que independientemente del uniforme en función de la categoría profesional sí que debe existir cierta vestimenta asociada con el área de asistencia. Tenemos usuarios que trabajan en zonas muy asépticas, como son los quirófanos, y en ese caso las instrucciones son mucho más estrictas con respecto al uniforme. También tenemos profesionales que salen a la calle porque tienen actividad domiciliaria, y ahí no tenemos un uniforme concreto pero sí que les recomendamos mantener esa misma norma con respecto a la asepsia. Al final la ropa y el usuario están en comunicación, es esa imagen y queremos que esto también ocurra.
Quizá por el tema uniforme está más clara la norma, pero si nos vamos un poco más a la estética, como tatuajes, piercings, etc., ¿cómo se afronta desde una Dirección de Enfermería, por ejemplo?
Almudena Santano: Parece que el uniforme le quita peso al individuo y se lo pone al colectivo. Creo además que es importante que esa persona que lleva el uniforme de una determinada categoría sepa que está respaldado por la institución. Yo tengo personal sanitario que tiene
piercings o tatuajes y en ningún momento me he encontrado ninguna dificultad en ese sentido. Creo que tiene que ver, nuevamente, más con un tema de seguridad del profesional y de acercamiento hacia determinado ciudadano o usuario. Si el
piercing que lleva el profesional puede generarle un riesgo de seguridad, lo recomendable es que no lo lleve. Puede haber un conflicto y esta persona puede tener riesgo de seguridad con ese
piercing o con esa situación. Con respecto a los tatuajes, en mi vida laboral y en este caso como directora de Enfermería, no he tenido ningún problema. Creo que lo correcto es mantener la asepsia, no llevar anillos, no llevar pendientes, pero eso tiene que ver más que con la construcción cultural y la identidad, con la norma de higiene y asepsia del centro.
"En mi caso este piercing lo utilizo como un facilitador en mi relación médico-paciente"
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Nelson Montes: Yo, en mi caso, este
piercing lo utilizo como un facilitador en mi relación médico-paciente. Llevo aquí un camaleón y en el caso de Pediatría pues es muy útil explicar a los niños que yo tengo un camaleón aquí y que voy a buscar si tiene otro cuando hago una autoscopia al niño en cuestión, y se quedan encantados. Yo creo que realmente no es un problema. Yo sí que tengo algún problema más con el tema uniforme, respetando sin duda la asepsia y uniformidad en el área quirúrgica. La profesión sanitaria tiene una cierta tendencia a la mecanización, y en cierta manera esa mecanización puede resultar alineante para el profesional. El hecho de que vayamos todos uniformados a mí me parece que puede ser un elemento más allanante en ese sentido.
Yo creo que es bueno que en los hospitales y en instituciones médicas sean lo más diversas posibles, como nuestra sociedad, ya que vamos a recibir pacientes que van a ser muy diversos. Habrá pacientes que tengan una dificultad para coger mi mensaje porque yo voy con pantalones así como más anchos, con la camiseta, con mis tatuajes y mis
piercings, pero lo que no estamos pensando es que eso puede ser un elemento facilitador en otros muchos sectores de la sociedad. Yo trabajo también en el área de San Fermín, un área sociodemográficamente muy particular, donde que un médico con una camisa de marca muy importante les diga "usted no tiene que fumar" es un mensaje que no se va a recibir igual que si lo mando yo. Intentar uniformar esas cosas yo creo que nos quita diversidad como sistema y como estructura que en principio debe estar hecha y pensada para todos.
Gabriel del Pozo: Lo que tenemos que saber es cómo nos vendemos nosotros, cómo le transmitimos a los usuarios lo que nosotros les queremos transmitir y ver de qué forma consigues que sea más eficaz lo que transmites. Yo creo que no va vinculado a la vestimenta sino que tú en este caso sepas utilizar tu vestimenta para relacionarte con la sociedad.
Almudena Santano: La realidad es que estamos cambiando en este sentido. En muchos de los centros sanitarios los uniformes de médicos y enfermeros de Pediatría son completamente diferentes. No dudo que una institución tenemos que tener cierto grado de uniformidad, porque creo que la calidad percibida del usuario es nuestro objetivo fundamental. Culturalmente iremos seguramente cambiando y esto dentro de unos años posiblemente no sea objeto de debate. Quizá para ir a la zona a la que va Nelson es una forma mucho más rápida de comunicación y se entienden porque se ven como iguales. Pero creo que sin perder de vista que nosotros formamos parte de una institución, una organización sanitaria que forma parte y que tiene unas normas de comportamiento, de actuación, siempre desde el respeto.
Nelson Montes, residente del Hospital 12 de Octubre de Madrid.
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Nelson Montes: Al final la sonrisa está valorada como un elemento más importante que la vestimenta. Creo que al final somos personas y las carcasas, sobre todo en relaciones tan humanas como es la enfermo que busca ayuda o paciente que busca ayuda, prima el contacto humano, la relación entre personas.
Almudena Santano: Al profesional sanitario le tenemos que dar herramientas de trabajo, eso también es importante de cara a que no solamente es cómo nos ven los usuarios, sino que también les demos herramientas que mejoren su día a día en el hospital.
Los uniformes han ido cambiando. Las escuelas universitarias han cambiado. Incluso la escuela universitaria donde yo estudié
ahora tienen un pijama más de acuerdo a los tiempos en los que estamos, con pantalón, tanto para ellas como para ellos. La construcción cultural nos va a ayudar en ese sentido.
Precisamente hace unos meses, en Portugal hubo polémica porque un hospital de Cascais dio instrucciones como "maquillaje discreto, perfume ligero y agradable, faldas a la altura de la rodilla, camisas abotonadas a la altura del pecho y prohibición expresa de llevar piercings, joyas, tatuajes, zapatillas, sandalias o botas". ¿Hasta qué punto estas instrucciones son necesarias a día de hoy?
Gabriel del Pozo: Me parece que esto está fuera de lugar...
Nelson Montes: ¡Anacrónico!
Es de marzo de este año...
Gabriel del Pozo: Sí, pero estos señores...
Almudena Santano: ¡Pero es portugués eh!
Gabriel del Pozo: No, hay portugueses que están bastante más evolucionados... (ríen). Esto es portugués retro, es como si nos metiéramos en el siglo XX y una regulación del siglo XX. Creo que si al final a todos los pacientes que vemos un día les preguntamos '¿el médico tenía
piercings, era calvo, tenía flequillo'?, seguro que no se acuerda. Pero sí se acuerda del trato que le ha dado el médico. Lo peor de todo esto es que en la relación médico-paciente estamos un poco perdiendo la empatía con el paciente, siendo tan mecánicos, tan
agobiados con el tiempo que tenemos que estamos perdiendo un poco la relación.
Pero si se imponen estas medidas, ¿se puede denunciar?
Gabriel del Pozo: Yo no sé si hay alguien que se atreviera a poner esto aquí. Desde luego, como sindicato, nos tendrían ahí, denunciando esto el primer día. Esto es entrar dentro de la libertad individual de cada uno.
Almudena Santano: Lo que se ha comentado del perfume, el maquillaje... yo creo que todo el mundo es consciente de en qué está realizando su trabajo. Yo no he tenido que llamar la atención a ningún profesional en este sentido, son ellos mismos los que se autorregulan y de verdad que son muy conscientes, enfermeras y técnicos, de que están dirigidos hacia el usuario.
Sin embargo, hay estudios que señalan que hay pacientes que otorgan más o menos credibilidad al médico o sanitario que les atienda según la vestimenta que lleven. ¿Cómo se gestiona esto?
"Los mismos profesionales se autorregulan y son muy conscientes de que están dirigidos hacia el usuario"
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Nelson Montes: Estos estudios hay que contextualizarlos, muchos de ellos están hechos en Estados Unidos, con las diferencias abismales que hay de clase, y hay una serie de cosas que no se tienen en cuenta. Dejando eso ahí, ahora mismo vivimos un paradigma sanitario en el que la
Medicina basada en la evidencia es lo principal, pero tenemos que preguntarnos hasta dónde llegan los límites de esa Medicina. Es decir, el centro no puede ser la evidencia, el centro tienen que ser las personas. Hay que pensar que las personas no son solamente los pacientes, también son los profesionales médicos y los de enfermería, los técnicos, etc. Si empezamos a negar la identidad propia que tienen los profesionales, si empezamos a coartarles en cierta manera su propia identidad, vamos a tener al final relaciones menos humanas y menos personales. Yo creo que eso es algo que ningún paciente va a querer. Hay que tener claro que el centro de esto son los pacientes y las personas y vamos a empezar a construir un modelo sanitario basado en las personas, y luego que la evidencia sea nuestra herramienta para mejorar la atención hacia esas personas.
En caso de que los pacientes digan que se sienten incómodos con un médico que les atiende porque tiene un piercing, ¿habría que primar lo que espera un paciente o el médico como persona?
Nelson Montes: Yo contesto con otra pregunta. Si un médico te dice 'mira yo es que considero que las mujeres no tienen que ser médicos, ¿el sistema sanitario cómo actuaría?
Almudena Santano: No tendríamos médicos.
Nelson Montes: Son cosas que, para empezar, afortunadamente están fuera de la realidad actualmente. Insisto, somos personas. Si los profesionales sentimos que no estamos respaldados por las instituciones como personas, nada de lo que hacemos tiene sentido. Yo estoy en esta profesión para cuidar y para cuidar soy persona, no soy un organismo ni una institución y no tengo ninguna intención de mecanizarme.
Almudena Santano: Desde nuestra concepción cultural, cuando uno quiere causar buena impresión quizás se viste de determinada manera. Quizás esa parte de seriedad que quieres transmitir te lo da un uniforme. Creo que es lo fundamental al final, pasar la primera barrera de esa primera impresión. Pasado ese primer momento de entendimiento o de imagen que nos hacemos, luego lo que queda es '¡qué bien me ha tratado! ¡Qué bien me ha cuidado!'.
Los participantes en el debate sobre el vestuario de los sanitarios, en un momento del mismo.
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Nelson Montes: A colación de eso me viene que hay que tener mucho cuidado con la construcción de lo neutro, lo que todos entendemos como neutro y no confundirlo con normatividad. Cuando eres un paciente que llega con cierta gravedad a un hospital ves un espacio físico grande, con mucho ruido, paredes uniformes muy blancas, y te llegan un montón de personas que van todas vestidas igual que al final son la institución... Habrá gente a la que eso le dé mucha seguridad. A mí me relaja mucho más una persona que yo identifique como un igual que no una persona que me venga en ese sentido con todo lo que ya supone el empaque de un hospital. Lo que pensemos a priori que puede ser neutro a lo mejor es un elemento más de agresividad dentro de un sistema que ya es relativamente agresivo.
Gabriel del Pozo: Lo de la neutralidad o no, no viene dado tanto por la uniformidad o no como por la aproximación que tú haces a la persona que en ese momento está demandando una ayuda. Él va por una necesidad allíy lo que tú tienes que saber es aproximarte a él. Da igual cómo te aproximes, con la vestimenta que te aproximes, lo que tú tienes que dar es seguridad porque generalmente es lo que va buscando. Es verdad que la sociedad va cambiando sola.
Lo que asume muy mal un paciente es no tener continuidad asistencial. En Primaria asumen fatal que hoy venga un médico, mañana otro y pasado otro. En el hospital pasa lo mismo. Si voy y me atienden bien y la persona que me está viendo es la que habitualmente me sigue, probablemente no tendré ningún problema. Si cada vez me está viendo uno y encima chocan las cosas que me está diciendo porque el enfoque diagnóstico es distinto, ahí si que es donde yo creo que empiezan a chirriar las cosas.
Almudena Santano: El uniforme creo que lo que hace es decirle al usuario que esa persona que lo lleva es el profesional que le va a tender, que ha estudiado durante no sé cuántos años y además es el profesional adecuado para hacerle esa determinada intervención, diagnóstico o tratamiento y eso es lo que nos debe primar. Los propios profesionales son los primeros que te dan la solución muchas veces, no solo por cómo vaya con un uniforme, sino porque los ciudadanos son los que están ahí y al final son el objeto de nuestra atención.
Almudena Santando explica que no todo se puede dejar al sentido común del sanitario.
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¿Es una decisión que podemos decir que se puede dejar al sentido común de cada uno?
Almudena Santano: No, no del todo. No debemos olvidar que el uniforme se necesita y tiene una serie de normas: batas cortas para mejorar la asepsia de las manos, pocos elementos que trabajen adecuadamente las barreras y la higiene, calzado adecuado para evitar una lesión o caída, corchetes o casacas para poder sacarlo por la cabeza, etc. Los profesionales sanitarios son lo suficientemente maduros como para saber gestionar el día a día. Tengo enfermeras y médicos que tiene tatuajes y de verdad que yo hasta el momento no he tenido grandes problemas con eso.
Gabriel del Pozo: Es que depende el ambiente donde te tengas que mover, así te acoplas, según al sitio donde vas, tú vas con una imagen.
¿Se podrían establecer diferencias según dónde se encuentre el lugar de trabajo?
Almudena Santano: Bueno, salvando la parte institución. La construcción individual es importante. Sé que esa despersonalización que puedan sentir determinadas personas, pues a la hora de colocarse un uniforme se lo tunean un poco. En lugar de llevarlo entero se ponen solo la casaca y no el pantalón, etc. Respecto a la gestión, creo que es importante mantener cierta norma interna basándonos en salud laboral y en la parte de asepsia e higiene. Estoy casi convencida de que Nelson cuando tiene que quitarse las pulseras porque se tiene que lavar las manos se las quita.
Nelson Montes: De hecho llevo una concha y todas las mañanas me la quito y me la pongo cuando salgo del hospital, la seguridad del paciente está por encima de todas las cosas. En ese sentido sí se puede adaptar dependiendo de la zona en la que estés. Otra cosa es que hay que dejar libertad a los profesionales. Si yo tuviera que trabajar en Serrano adaptaría parte de mi identidad. La cresta no me la quitaría, pero a lo mejor sí que normativizaría más mi vestimenta.
Hasta ahora los profesionales sanitarios, pertenezcan a la categoría que pertenezcan, han demostrado que son capaces de salvar la vestimenta con otros técnicas a la hora de establecer la relación médico-paciente. Cuando tú vas preocupado por tu salud al final lo que necesitas al otro lado es una persona que te está intentando cuidar, y me he encontrado pocos casos en los que lo formal sea una limitación para el contenido de esa relación tan bonita que es el "nos vamos a ayudar".
"Entiendo que mientras mantengas el respeto a las ideas de los demás, puedes llevar lo que quieras"
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Hace unos meses ha salido la campaña en redes sociales de 'Sanidad Tatuada' para intentar defender a los profesionales de algunas críticas de pacientes y que busca recalcar que lo que debe primar es la profesionalidad del sanitario. No sé si tenéis experiencias personales al respecto...
Almudena Santano: Realmente no. Podemos tener situaciones extremas tanto en los ciudadanos como en los profesionales y las puede haber. Yo soy muy estricta con el tema de la vestimenta en quirófano pero no he tenido problema -y tenemos muchas enfermeras que tienen algunos condicionantes externos como son los tatuajes-.
Nelson Montes: La gente tiende a intentar ver lo que une y no lo que separa. Yo tengo aquí un tatuaje con unas letras árabes y unas coordenadas y el paciente árabe que me ve y entiende lo que pone pregunta, y es un elemento de conexión, y el que no entiende, me pregunta '¿y esas coordenadas?', y el que no y le parece mal, lo que hará será callarse y ya está. Lo que intentamos en nuestras relaciones en general y las sanitarias también es buscar lo que nos une. El que quiere y le parece bien un tatuaje pues indagará más y lo va a utilizar como elemento de conexión, y el que no pues probablemente se calle y se centre más en otras aprtes de la relación.
Desde el sindicato, ¿algún problema? ¿Alguna denuncia?
Gabriel Del Pozo: Yo entiendo que mientras mantengas un poco el respeto a las ideas de los demás, tú puedes llevar lo que quieras. Otra cosa son determinados tatuajes o determinadas situaciones. Los tatuajes igual sirven para establecer un poco más de relación con el médico que te está atendiendo y si es algo que me da igual, probablemente lo ignoraré.
Nelson Montes: Yo he tenido casi más debate con compañeros residentes que con pacientes. A mí siempre me hacen la broma de 'joe, cómo vas, pareces un perroflauta' o cosas así. De fondo, cada vez que hacemos una broma hay un debate un poco más serio más allá. Para los pacientes ni siquiera debe ser un debate para ellos.
Almudena Santano: Y de todas maneras si hubiera alguna situación, es bueno trabajarlo desde una manera individual, hablar con el profesional, con el paciente o el usuario, es adecuado llegar y aproximar posiciones.
Gabriel del Pozo: No conozco ninguna situación que haya sido por imagen, han sido porque no has cumplido las expectativas del paciente o diferencia de criterios, pero nunca las he vivido como un problema de estética en la relación médico-paciente. Yo soy médico de Primaria, he trabajado San Cristóbal, Villaverde, Caño Roto, Pan Bendito, Orcasitas, y a cualquier sitio que vayas, lo que no puedes es ir agresivo. Si vas a una zona deprimida con la mayor parte de la gente con problemas económicos, con paro, parece un poco exagerado si me presento allí vestido con algún chaquetón de piel cara o algo así, me parece que eso es agresivo. Hay que ser un poco inteligente por facilitar la relación.
Conclusiones al debate sobre la imagen de los profesionales sanitarios.
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Si os parece abrimos un turno de conclusiones para remarcar algún punto o exponer algo que se haya quedado en el tintero.
Nelson Montes: Me quedaría con que somos profesionales de la salud, estamos cuidando y necesitamos el cuidado. Todo lo que sea ensalzar a la persona, tanto paciente como profesional, es un camino que debemos de seguir. Respetar la diversidad, intentar cuidarnos entre todas y dar salud. Hasta ahora hay mucha normalidad en el sistema y se acepta muy bien la diversidad aunque no sea normal tampoco todavía ver muchas excentricidades en lo estético, pero tenemos que estar abiertas siempre a hacerlo.
Almudena Santano: El uniforme es un elemento de comunicación de dentro de la institución y debe respetarse la norma o a la organización en este sentido. Es fundamental el tema de la higiene y la salud del profesional, la salud laboral del profesional, que las herramientas sean las adecuadas a su puesto de trabajo y le proporcionemos aquello que le da seguridad en su trabajo. Culturalmente hemos ido cambiando el uniforme, los colores incluso, cultural y socialmente se va modificando. Es mercadotecnia, marketing, estrategia también para acercarnos a los usuarios porque los uniformes de Pediatría los estamos cambiando ya que al final son los pacientes los importantes. Fundamentalmente es eso, mantener la higiene y la estructura adecuada del hospital.
Gabriel del Pozo: El respeto mutuo de la relación médico-paciente, la diversidad enriquece y la sociedad es la que nos regula. No necesitamos regularnos porque los profesionales también somos miembros de esa sociedad que es la que nos regula.
Debate '¿Cómo tiene que ir vestido un sanitario a su centro de trabajo?' (Parte 1).
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Debate '¿Cómo tiene que ir vestido un sanitario a su centro de trabajo?' (Parte 2).
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