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"Los biológicos para espondiloartritis no producen cáncer"

Xavier Juanola, jefe de Sección de Reumatología del Hospital de Bellvitge de Barcelona

Xavier Juanola, jefe de Sección de Reumatología del Hospital de Bellvitge de Barcelona.

18 oct 2016. 12.45H
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POR @JAVIERBARBADO
La experiencia, a doce años vista, del uso de agentes biológicos para el tratamiento de enfermedades inflamatorias como la espondiloartritis, ha permitido comprobar la seguridad de estos medicamentos y concluir que “no se ha visto que produzcan cáncer u otras patologías” relacionadas con su acción inhibidora de funciones del sistema inmune, “algo que nos ha dejado mucho más tranquilos”, confiesa el entrevistado. La Sociedad Española de Reumatología (SER) ha informado a Redacción Médica acerca de un nuevo consenso sobre espondiloartritis en el que destaca el uso comercial de una nueva molécula.

Acaba de participar en un consenso de utilización de terapias biológicas. ¿De qué tipo de foro se trata?

Hicimos otros similares en 2011 y 2007. Conforme aparecen cosas nuevas, grupos de médicos que tratamos la enfermedad nos reunimos para recapitular cómo responden los pacientes a esta clase de tratamientos.

¿Qué novedades han detectado?

Lo más relevante es el hecho de que podamos evaluar la acción de los agentes biológicos en enfermedades inflamatorias como ésta a diez o doce años vista, algo antes imposible porque no se disponía de esa experiencia. Es decir, disponemos de más datos sobre eficacia y seguridad a largo plazo de los fármacos biológicos más básicos como los anti-TNF [inhibidores del factor de necrosis tumoral].

¿No hay ninguna molécula nueva?

Sí la hay, se llama  secukinumab. A diferencia de las que había hasta ahora, que inhibían solamente el anti-TNF, ésta nueva inactiva una molécula muy diferente, la interleukina 17 (IL-17) de momento con buenos resultados y perfil de seguridad además de algunas otras diferencias que lo convierten en un buen fármaco.

¿Desde cuándo se utiliza?

La indicación la tenemos desde mayo aproximadamente.

¿En todo el mundo?

En Europa, Estados Unidos, Japón… En casi todo el mundo prácticamente en la misma fecha.

Esos buenos resultados, ¿se han observado en esos cuatro meses?

Nuestra experiencia clínica es de ese tiempo pero, como es lógico, hay estudios de hasta tres años que lo han probado.

Los biológicos anti-TNF, por su parte, ¿han dado lugar a efectos adversos importantes en los años de experiencia de que se dispone?

Al principio de su uso se vio un aumento de incidencia de tuberculosis asociada. Por esa razón, a todos los pacientes a los que se aplican los anti-TNF se les somete, desde entonces, a un estudio previo para ver su grado de riesgo de padecer la enfermedad. Eso sirve para evitar que la manifiesten.

Como digo, ahora tenemos la ventaja de disponer de la perspectiva de alrededor de una década de experiencia. Temíamos que el uso de estos fármacos provocara, a largo plazo, una mayor incidencia de cáncer u otras patologías. Se ha visto que no es así: son fármacos seguros a largo plazo y eso nos ha tranquilizado mucho.

¿Solo hablamos de la indicación de espondiloartritis?

Sí, pero, en todo caso, el perfil de seguridad es bastante parecido para otras enfermedades. No obstante, se ha visto que, en espondiloartritis, estos fármacos son especialmente seguros. En otras enfermedades, como la artritis reumatoide, como el enfermo toma sustancias como el metrotexate, las cortisonas o incluso los anti-TNF y se encuentra más ‘debilitado’ por ello, posiblemente aparecen más efectos secundarios.

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