Cecilia Taieb, directora general de la
Fundación AstraZeneca, tiene muy claro que estas instituciones vinculadas a la industria farmacéutica tienen que
evolucionar, y la dirección para hacerlo tiene que ser una mayor colaboración con las
Administraciones Públicas para desarrollar acciones que beneficien a los
pacientes y al
desarrollo de la investigación en
España. Como ejemplo de estas iniciativas pone los recientemente entregados premios
Jóvenes Investigadores , que tiene un doble objetivo: la compensación
económica de un trabajo científico y la difusión de estas investigaciones.
¿Cuál es la labor de la Fundación AstraZeneca?
En la Fundación AstraZeneca nos gusta decir que nuestra labor es dar vida a la ciencia. ¿Qué significa esto? Lo que queremos al final es que esta ciencia llegue a los pacientes y a su entorno, dotarla de valor a la sociedad. Gran parte de los proyectos que hacemos responden a esa necesidad y a hacerla tangible.
Taieb explica la naturaleza los premios 'Jóvenes Investigadores'.
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Uno de los proyectos que la Fundación AZ tiene en marcha con este fin es el de ‘Jóvenes Investigadores’. ¿En qué consiste concretamente?
Hace dos años decidimos cambiar la Fundación y decidimos darle un giro al plan estratégico con la colaboración de nuestros patronos. Detectamos tres áreas principales para trabajar. La primera de ellas es el talento científico español, la segunda los pacientes y la tercera la sostenibilidad social.
Tenemos un talento científico increíble y no se conoce, sobre todo fuera de España. De hecho, yo no lo descubrí hasta que entré en el sector farmacéutico. Tenemos jóvenes investigadores excelentes y tenemos que ayudarles a seguir trabajando y a seguir investigando.
Parte de estos principios son los que han llevado a la creación de estos premios, consistentes en cuatro becas de 20.000 euros para investigadores de menos de 40 años. Los cuatro finalistas reciben el premio y la oportunidad de viajar a uno de los centros de I+D de AstraZeneca y presentar sus proyectos fuera, con la posibilidad de conseguir todavía más financiación. Dar estas oportunidades es algo que creemos necesario, y que entra dentro de nuestra responsabilidad ayudar a la investigación española, particularmente a los jóvenes científicos.
Ha mencionado otras dos áreas de trabajo de la fundación: pacientes y sostenibilidad social. ¿Qué hacen en ellas?
Nuestra idea en pacientes es hacer campañas con las que podamos ayudarles en su día a día, enseñándoles a vivir mejor con su enfermedad. Tenemos varias iniciativas en marcha en ciertas áreas terapéuticas, como una campaña que se llama: ‘En diabetes, si pierdes, ganas’, para concienciar a los pacientes con diabetes de la importancia de la vida sana, de la pérdida de peso, del ejercicio… Cómo se puede mejorar la calidad de vida. También tenemos otra en enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), para que el paciente conozca claves para mejorar su vida y su entorno con esta dolencia.
Ya en sostenibilidad social tenemos un montón de proyectos, y en ellos colaboramos con organizaciones como la Fundación Balia, la Fundación SHE de Valentín Fuster, y también iniciativas de voluntariado con nuestros empleados. La más reciente ha sido una de deportes con la Asociación Española contra el Cáncer con la que recaudamos 10.000 euros.
¿Por qué la industria farmacéutica dedica tiempo, recursos y dinero a la responsabilidad social?
Porque es nuestra responsabilidad también mejorar el entorno del paciente y su calidad de vida. Si no lo hacemos, nadie va a poner nuestra parte. Además, este tipo de labor no es solo cosa de las administraciones o de las consejerías, sino también sino de todos.
La directora de la Fundación AstraZeneca apuesta por la colaboración con las AAPP.
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¿Por qué la industria farmacéutica ha dado el paso de empoderar al paciente? ¿Acaso es porque lo han reclamado las propias administraciones sanitarias?
Creo que no. Si las compañías hacemos esto es porque vemos la necesidad de los pacientes y porque nuestra responsabilidad es también estar ahí en el día a día, y ayudarle no solo a través del tratamiento. Está bien poder ofrecerle al paciente una terapia para la diabetes tipo 2, pero si además puedes ayudarle a llevar mejor el día a día con consejos y recomendaciones, ¿cómo no lo vas a hacer? Y el coste de llevar a cabo estas acciones no entra en la ecuación. Tenemos multitud de información que ofrecer a los pacientes y plataformas increíbles, como las redes sociales, para hacerlo.
Además, las campañas las organizamos junto a sociedades de pacientes. Una de las que he puesto como ejemplo, la de diabetes, la hemos hecho con FEDE.
¿De verdad se logra estimular el tejido de I+D con proyectos como los que ha mencionado anteriormente?
Totalmente. Precisamente, a la entrega de la edición actual del premio ‘Jóvenes Investigadores” acudió el ganador del año pasado, Jonatan Ruiz, y nos explicó qué le aportó el galardón. Y contó que los 20.000 euros del premio le permitieron mantener un becario todo el año para seguir adelante con la investigación. Pero también le sirvió como plataforma para dar a conocer su proyecto, lo que está haciendo y así obtener más ayudas. Por ello, en muchos sentidos, este tipo de iniciativas transmiten también un valor añadido extraordinario.
¿Cómo ha evolucionado el papel de las fundaciones relacionadas con la industria farmacéutica tras la crisis? ¿Ha cambiado su rol?
Ha evolucionado, sí. Y tiene que evolucionar. Solo puedo hablar por la Fundación AstraZeneca, pero hemos cambiado mucho. Cuando elegimos cuáles iban a ser las tres patas de nuestra actividad, también teníamos que decidir cómo podíamos generar impacto. Una fundación no debe ser vista solo como un financiador, sino también como un creador de proyecto en conjunto con otros stakeholders.
Acceda a la entrevista completa de Cecilia Taieb.
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¿Qué valora entonces más?¿El impacto sobre la investigación o sobre el paciente?
Bueno, el impacto en investigación lo quieres para que tenga efectos en el paciente. ¿Qué queremos conseguir con los premios y los galardones? Pues que los investigadores puedan llevar a cabo sus líneas de investigación para que tengan impacto en los pacientes. Todo está correlacionado.
¿Son necesarias las fundaciones para la buena marcha de la ciencia en España?
Yo creo que sí. Son un apoyo más. Siempre lo digo: solos no podremos conseguir nada, lo haremos juntos. La clave está en el trabajo colaborativo. Nosotros trabajamos con multitud de instituciones y consejerías… Tenemos todos una responsabilidad.
¿Han logrado las fundaciones compensar en algún grado los recortes en ciencia e investigación aplicados durante los últimos años en el sistema público?
Como compañía, seguimos creciendo en inversión en I+D en España por séptimo año consecutivo. Todos tenemos una responsabilidad, y por ello todos nos compensamos. Tenemos que generar equilibrio entre lo que aporta el sistema público y el sistema privado. Y es eso lo que estamos haciendo.
¿No sería necesaria una colaboración más integral con las instituciones públicas?
Los Premios Jóvenes Investigadores son un ejemplo de ello, puesto que los organizamos en colaboración con el Instituto de Salud Carlos III. Esto demuestra el espíritu de colaboración y que es necesario que estemos todos en el mismo barco.
El Gobierno, por boca de Carmen Vela, dice que esta ha sido la legislatura de lo público-privado. ¿Se ve así desde la industria farmacéutica?
Completamente. Estoy de acuerdo. Estamos todos juntos trabajando en pos del mismo objetivo, llegar al paciente y mejorar su calidad de vida. Y si podemos hacerlo juntos, mejor. Así seremos más fuertes.
¿Cree que las administraciones públicas deberían facilitar estímulos fiscales para la proliferación de instituciones como la fundación AstraZeneca?
No se trata tanto de estímulos fiscales como de facilitar la colaboración en proyectos y estar abiertos a colaboración mutua. Como ha ocurrido, por otro lado, en los casos de la Consejería de Sanidad de Madrid, con la campaña ‘La Diabetes en tu barrio’, o con la de Salud de Andalucía, con la de ‘En diabetes, si pierdes, ganas’.
Siendo maliciosos… ¿En algún momento podrían convertirse o comportarse las fundaciones como instrumentos comerciales de las farmacéuticas a las que están ligadas?
No tiene sentido. La industria farmacéutica tiene su propio plan estratégico y las fundaciones, al menos la nuestra, tienen un patronato externo. El que decide ese plan estratégico para la fundación es ese patronato. Por tanto, no tiene nada que ver con la compañía. Obviamente, vamos de la mano y en paralelo, puesto que el objetivo es el mismo: el paciente. Pero en ningún momento como herramienta comercial.
Cecilia Taieb, durante la entrevista.
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