Geriatría: modelo de integración sociosanitaria

Todos coinciden en poner a la persona en el centro del sistema y no a la organización como hasta ahora

Martes, 17 de noviembre de 2015, a las 14:29
David García / Imagen: Joana Huertas. Madrid
Si hay un ámbito en el que lo sociosanitario se ha asentado con éxito, ese es el geriátrico. Así se ha puesto de manifiesto en el marco del I Foro de Responsabilidad Social Sociosanitaria organizado por Inidress, el Instituto de Innovación y Desarrollo de la Responsabilidad Sociosanitaria, en colaboración con el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, donde ha tenido lugar.
 
Durante la actividad “se han trabajado casos prácticos, lo que realmente importa”, tal y como ha resaltado Cesar Antón, director general del Instituto de Mayores y Servicios Sociales, el Imserso, del Ministerio de Sanidad, encargado de moderar la mesa.

Álvaro Mosquera, Mercedes Fuentes, César Antón, Carolina Rodríguez y Pedro Gil.


 
Esos casos prácticos, de éxito, son los que han sido expuestos desde diferentes agentes.
 
Desde una entidad profesional sociosanitaria, Álvaro Mosquera, responsable del Servicio Psicosocial de Aspaldiko y Centros Sociales Municipales de Portugalete (Vizcaya) ha presentado un proyecto entre la Sociedad Vasca de Geriatría y Gerontología, el Colegio de Médicos de Vizcaya y la Diputación de esta provincia, por el que han puesto en marcha un nuevo código ético para la atención de las personas mayores.
 
En este sentido, el proyecto responde a que, según Mosquera, “hasta ahora el trabajo se había centrado en la organización, y nos hemos olvidado de las personas”, por lo que el nuevo código ético tiene como objetivo “la calidad”.
 
Así, Mosquera ha contado que en él han participado 65 profesionales desde médicos hasta psicólogos pasando por los propios gerentes, a los que se les ha formado tanto de manera presencial como a distancia.
 
Mientras, Pedro Gil, jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, ha asegurado que “el ámbito sociosanitario surge por las tensiones del sistema”, como por ejemplo el alto número de pacientes, que necesitan más atención social. Por ello ha reclamado respuestas como “una dotación adecuada de recursos” o “la integración de servicios”, además de una “continuidad asistencial” que vaya más allá de los muros del hospital.
 
En este punto ha coincidido con Mosquera en que es necesario poner a la persona en el centro y de mover los servicios y de unir lo sanitario con lo social.
 
Gil ha destacado algunos proyectos en su centro como un plan contra el maltrato a los ancianos (que se ampliará específicamente a las mujeres mayores de 75 años); otro para prevenir caídas y fracturas de cadera; y uno sobre asistencia geriátrica domiciliaria que está en marcha desde 1992, ha atendido a más de 4.000 pacientes y entre otras cosas ha logrado reducir el gasto en fármacos.
 
Para todo ello ha destacado el papel de Enfermería y de sus profesionales, a través de los que se ha creado también una escuela de cuidadores.

Administraciones locales y entidades no lucrativas
 
Por otra parte, desde la administración local, concretamente desde el Ayuntamiento de Madrid, se ha expuesto la experiencia en un proyecto del centro de mayores de Chamberí. Lo ha hecho Mercedes Fuentes, directora de Centros Municipales de Mayores de Chamberí, que ha puesto de relieve el éxito en el trabajo de la memoria con los mayores y en prevenir la diabetes.
 
Respecto a este último ha destacado que se asienta en cuatro pilares: el médico, el social, el de la actividad física y el del voluntariado. “La idea es potenciar la autonomía de la persona, que pueda estar más tiempo en su casa y que pueda salir del aislamiento”.
 
Por último, se ha expuesto también un caso de éxito puesto en marcha desde una entidad no lucrativa. Carolina Rodríguez, directora de Calidad y Proyectos RSE de SARquavitae ha destacado el proyecto ‘Acortando Distancias’, a través del cual se ayudaba a aprender español a alumnos brasileños jóvenes y se hacía de una manera muy particular: poniéndolos en contacto con personas mayores de sus centros a través de Skype, con lo que se lograba acortar el salto generacional y familiarizarles con las nuevas tecnologías.
 
Otro caso de éxito de esta entidad es el denominado ‘Soñar para vivir’, con el que ayudaban a los mayores de sus centros a cumplir los sueños que hasta ese momento no habían podido alcanzar como algo tan fácil como ver el mar.