La Fundación Uniteco Profesional ha participado en las labores de atención a los damnificados tras el terremoto que sacudió Ecuador el pasado 16 de abril y la posterior alarma sanitaria provocada en la zona. No en vano, Uniteco Profesional se estableció hace más de dos años en Ecuador, donde ya tiene una estructura estable con oficinas en Quito y Guayaquil.
En colaboración con la Federación Médica Ecuatoriana (FME), entidad que agrupa a los colegios médicos del país andino, la Fundación está colaborando en las tareas de coordinación de las brigadas médicas que han acudido a la zona del siniestro así como en la provisión de material de ayuda de primera necesidad.
El 75 por ciento de los empleados que la correduría posee en Ecuador ayuda en estas labores de coordinación. Tanto la FME como Anamer, organización que aglutina a más de 8.000 médicos rurales ecuatorianos, han pedido a Uniteco que distribuya la información de ambas entidades para que tenga la mayor difusión posible entre sus asociados.
La coordinación se está centrando en la formación de brigadas médicas formadas por decenas de médicos y auxiliares que acuden y rotan por turnos en las zonas más afectadas. Por otra parte, la Fundación ha donado miles de litros de agua potable para ser distribuidos en la zona más afectada, que ha visto destruidas sus infraestructuras civiles.
El director de Planificación y Desarrollo de Uniteco, Juan Pablo Núñez, ha destacado también la labor de “la organización de remesas de medicamentos recopiladas a través de la industria farmacéutica en envíos desde Madrid y Miami, de acuerdo con las principales necesidades solicitadas por los médicos ecuatorianos”.
En este ambiente, la solidaridad de la profesión médica ha destacado; de hecho, la FME ha recabado voluntarios, que ha alcanzado ya el número de 1.700 profesionales dispuestos a participar en las labores de ayuda que les sean encomendadas.
Anamer también está participando en las primeras labores de atención humanitaria y sus asociados están aportando el insecticida y las suturas de los que ellos mismos disponen para su trabajo habitual.
El terremoto de Ecuador y sus posteriores réplicas han dejado ya más de 500 muertos y más de 4.000 heridos. Los hospitales de la zona costera de Manabí, la más afectada por el seísmo, están desbordados. Incluso el principal hospital público de Manta tendrá que ser demolido por falta de seguridad en sus estructuras.
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