El avance y la implementación de las
nuevas tecnologías en la Medicina española urge una
actualización formativa tanto para los especialistas del hoy como del mañana. La
radiómica es el claro ejemplo de esa “necesidad”, tal y como recalcan desde
Radiología. “Es necesario contemplar la incorporación de todos los
nuevos conocimientos en los programas formativos y actualizar los que hay”, explica a este diario
Josep Munuera, responsable científico de la Sociedad Española de Radiología Médica (
SERAM).
“La Radiología es una especialidad médica que progresa y que está muy en la punta de la lanza del
avance tecnológico y técnico, por lo que la evidencia que vamos adquiriendo debe ser parte de la
formación continuada y curricular de los profesionales”, añade Munuera, quien incide en que el
programa de los MIR de la especialidad debe ser actualizado para poder incorporar la nueva técnica, ya que lleva sin renovarse desde hace más de quince años.
Y es que la radiómica ofrece a los sanitarios una
visión más profunda de las enfermedades, puesto que presenta a los especialistas
datos más específicos de la patología analizada. “Cuando miramos una imagen médica podemos obtener información directa como, por ejemplo, el tamaño de la enfermedad. Pero, cuando vamos más allá gracias a los modelos de radiómica, el tipo de información que logramos es más estadístico y que la vista humana no procesa”, argumenta el radiólogo. Ese es, concretamente, uno de los “aspectos positivos” de esta
técnica tecnológica.
Según añade el representante de la SERAM, incorporar la radiómica al proceso diagnóstico supone para la especialidad “entrar en una nueva dimensión en la que podemos
mejorar la precisión diagnóstica y pronóstica”. Pero los beneficios de la radiómica no cesan ahí, puesto que Munuera subraya que esa tecnología puede hacer avanzar, y mucho, a la
Medicina en general: “Combinando los datos de la
imagen médica con otros de
genómica para hacer Radiología genómica, estaremos revolucionando todas las
especialidades médicas, porque podremos dar
respuestas mucho más específicas”.
Es decir, que en ese escenario se podrán caracterizar mejor las enfermedades, ofreciendo información más precisa, como, por ejemplo,
cómo evolucionarán las patologías. Y esto se dará no solo en Radiología, sino que en todas aquellas áreas en las que se utilicen grandes bases de datos para conocer el ‘recorrido’ que tendrán las enfermedades.
Radiómica, no como ACE
A pesar de la profundidad y mayor especialización que ofrece la radiómica, en la especialidad
rechazan crear un Área de Capacitación Específica (ACE). Creen que se trata de una herramienta más, y que, por lo tanto, lo único que debe cambiar es la
formación de residentes y profesionales para que aprendan a hacer un uso adecuado de esa tecnología. “La radiómica se incorpora dentro de la
cartera general de los conocimientos de los radiólogos. Es una técnica avanzada que nosotros incorporamos a todas las áreas como el abdomen o la neurorradiología. Es una herramienta que nos ayuda en la
precisión diagnóstica de todas las áreas”, recalca Munuera. El hecho de incorporar la radiómica a las diferentes secciones de la especialidad supone un “salto cualitativo” para la Radiología, pero no significa que tenga que existir una subespecialidad dentro de la misma, según sentencia el radiólogo.
Por otro lado, el facultativo comenta que, a nivel de todo el Estado, hay centros que cuentan ya con una experiencia muy dilatada en radiómica, como es el caso de los
hospitales catalanes Vall d’Hebron y Bellvitge, o el del
Hospital La Fe (Valencia).
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