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Papel capital de las pruebas de imagen en la respuesta terapéutica al Covid

El 40% de los pacientes con coronavirus requiere un seguimiento radiológico a los tres meses del alta

Sesión monográfica ‘Pandemia Covid-19. La imagen en la crisis’ (35 Congreso Nacional de la SERAM).

25 may 2021. 17.00H
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Las pruebas de imagen como la radiografía, la tomografía computarizada (TC) y la ecografía han estado en el centro de la respuesta terapéutica durante la pandemia por Covid-19 y tienen un papel fundamental en el seguimiento de las complicaciones pulmonares y extrapulmonares producidas por el virus SARS-CoV-2. Además, el 40 por ciento de los pacientes que han padecido la enfermedad tienen secuelas a los tres meses del alta y es necesario un seguimiento radiológico.

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Así lo han explicado profesionales de la radiología de distintos hospitales de todo el país en la sesión monográfica ‘Pandemia Covid-19. La imagen en la crisis’ en el 35 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM). En esta jornada han compartido los retos organizativos y diagnósticos a los que se han enfrentado, el conocimiento adquirido y las experiencias vividas durante la crisis sanitaria.


Radiografía del tórax


“La radiografía de tórax ha estado en el punto de la decisión clínica desde el minuto 0 de la pandemia. No se utiliza como medio diagnóstico en sentido estricto, pero nos ayuda a confirmar la sospecha clínica mientras llegan los resultados de la PCR y, sobre todo, se usa para evaluar la gravedad del paciente y como criterio de ingreso”, ha afirmado Milagros Martí de Gracia, jefa de sección de radiología de urgencias en el Hospital de La Paz de Madrid y presidenta de la SERAM, quien ha asegurado que en su hospital se llegaron a hacer más de 440 exploraciones de tórax diarias en la primera ola de la pandemia. 

Respecto al papel de la tomografía computarizada (TC), Martí ha explicado que es una exploración que se utilizó en los inicios de la crisis como método diagnóstico rápido cuando no habían otros recursos (escasez de PCR o test de antígenos) ya que tiene una alta sensibilidad, “llegando a encontrar hallazgos en más de un 40 por ciento de asintomáticos”. Actualmente, ha asegurado, “la TC sólo está indicada cuando hay discrepancia clínica, analítica y radiológica y puede ser un falso negativo, o cuando hay sospecha de complicaciones”. 

La ecografía pulmonar también está siendo muy utilizada, sobre todo en pacientes de unidades de cuidados intensivos (UCI), por ser una técnica “sencilla, barata, muy accesible para estudiar a pie de cama o en el domicilio del paciente”, pero también para seguimiento y pronóstico de pacientes pediátricos y mujeres embarazadas, al no utilizar radiación. Así lo ha explicado Iván Vollmer, radiólogo torácico en el Hospital Clinic de Barcelona, quien ha asegurado que “tiene una precisión comparable con la radiografía y una buena correlación con la TC”.


Complicaciones en pacientes con Covid-19: más allá del pulmón


Por su parte, Luis Gorospe, radiólogo torácico del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid y responsable de formación en SERAM, ha asegurado que la TC también ayuda a detectar algunas complicaciones en el pulmón de los pacientes con Covid-19, como enfermedades tromboembólicas debido al estado inflamatorio sistémico: “en estudios de angio-TC de tórax se observan efectos de repleción en el 23-30 por ciento”. También apunta al neumotórax y neumomediastino o las sobreinfecciones pulmonares “sufridas por el 15 por ciento de los pacientes hospitalizados” como complicaciones frecuentemente detectadas en la TC. 


Las secuelas hacen necesario un seguimiento radiológico


En palabras Santiago Bolívar, radiólogo torácico también en el Hospital de Bellvitge, “el 40 por ciento de los pacientes que han padecido de Covid-19 tienen secuelas a los tres meses del alta, sobre todo vidrio deslustrado, engrosamientos séptales o bronquiectasias”.

La continuidad de estas secuelas, que clínicamente se suelen manifestar en fatiga, disnea y dolor articular, hace necesario el seguimiento radiológico a pacientes con perfil de alto riesgo: “mayores de 50 años, con incremento de frecuencia cardiaca, estancia prolongada en UCI, mayor lesión en TC inicial, leucocitosis y elevación de otros marcadores inflamatorios al ingreso, hipertensión arterial y síndrome respiratorio con necesidad de ventilación mecánica”, ha afirmado Bolívar.

Estos pacientes, ha asegurado, “son potencialmente más proclives a lesiones fibrosantes a largo plazo y necesitan un seguimiento más estrecho”. “Se trata de un seguimiento complejo que necesita un abordaje estructurado y multidisciplinar”, ha explica el radiólogo torácico.

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