Un estudio reciente publicado por
Elsevier señala
nuevas aplicaciones clínicas de la elastografía por resonancia magnética (ERM) en pacientes con carcinoma hepatocelular. Entre los usos resalta están la predicción de la aparición de carcinoma hepatocelular, la diferenciación entre lesiones hepáticas benignas/malignas y grados patológicos de carcinoma hepatocelular, la evaluación de la respuesta al tratamiento y la predicción de la recurrencia y las complicaciones tras el tratamiento.
Según los autores del estudio, las pruebas emergentes sugieren que la
elastografía por resonancia magnética puede ser adecuada como
complemento útil del realce por imagen por resonancia magnética.
Qué es el carcinoma hepatocelular
El
carcinoma hepatocelular es la quinta neoplasia maligna más frecuente, el tipo más habitual de cáncer hepático primario y la
segunda causa de muerte por cáncer en todo el mundo.
La supervivencia global de los pacientes con carcinoma hepatocelular es baja, menos del 15 por ciento superan los 5 años.
Las causas más frecuentes de carcinoma hepatocelular son la infección por el
virus de la hepatitis B y/o la hepatitis C y la
enfermedad del hígado graso alcohólico y no alcohólico.
El grado de fibrosis hepática parece ser un fuerte predictor del riesgo de desarrollo de carcinoma hepatocelular, señala el estudio. Entre el 70 y 90 por ciento de los carcinomas hepatocelulares se desarrollan en el
contexto de una cirrosis preexistente o de una fibrosis avanzada. Al mismo tiempo, la fibrosis hepática está estrechamente relacionada con la reserva funcional hepática, un factor importante para desarrollar una estrategia de tratamiento y determinar el pronóstico en pacientes con carcinoma hepatocelular.
Las limitaciones de la biopsia hepática
El estándar de referencia para conocer en qué estado se encuentra la fibrosis hepática sigue siendo la
biopsia hepática. Sin embargo, como señala el estudio, este procedimiento
tiene varias limitaciones: su elevado coste, las posibles complicaciones, la variabilidad en el muestreo y la variabilidad inter e intraobservadora en la interpretación de los hallazgos histopatológicos.
Además, los autores indican que
no es conveniente realizar biopsias hepáticas repetidamente para evaluar la progresión de la enfermedad y la respuesta al tratamiento.
Cómo usar técnicas elastográficas
El carcinoma hepatocelular es una neoplasia única porque no requiere confirmación histológica, sino que
se diagnostica principalmente por imagen. Así pues, la elastografía por resonancia magnética también puede ser otro biomarcador de imagen complementario del carcinoma hepatocelular. En los últimos años han surgido algunas pruebas.
La rigidez tumoral puede ser otro biomarcador de imagen candidato para distinguir las características tumorales, indica el estudio. Los tumores malignos suelen tener una elevada celularidad en comparación con los tumores benignos, lo que se traduce en un aumento de la rigidez.
Los autores señalan que ya se han usando varias técnicas elastográficas por ultrasonidos no invasivas para medir la rigidez de los tejidos. “Ha mostrado
gran potencial y buenas perspectivas de desarrollo, no solo de la estadificación de la fibrosis en pacientes con enfermedad hepática crónica, sino también en el campo de la oncología”, subrayan.
El estudio resalta que se ha demostrado que
la elastografía por resonancia magnética tiene mayor precisión diagnóstica y mejor reproducibilidad que otras modalidades elastográficas en la estadificación de la fibrosis hepática.
Los autores puntualizan que, aunque hay “
prometedoras observaciones”, la evidencia sigue siendo limitada y esta técnica no se utiliza ampliamente en la práctica clínica, por lo que
siguen siendo necesarios más estudios con muestras grandes y en condiciones técnicas estandarizadas.
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