La
crioablación percutánea generaría más ahorros de costos que la cirugía convencional en el manejo de pacientes con
tumores desmoides extra-abdominales en España, según apunta el artículo “
Economic evaluation of percutaneous cryoablation vs conventional surgery in extra‐abdominal desmoid tumours in the Spanish healthcare system” llevado a cabo por varios especialistas de la Sociedad Española de Radiología Médica (
SERAM) y publicado en la revista
Insights into Imaging.
“El estudio tuvo como objetivo comparar el costo total de la crioablación percutánea y la
cirugía convencional para pacientes con
tumores desmoides extra-abdominales, incluyendo los de pared abdominal, candidatos a tratamiento ablativo local en España. Y, por lo tanto, el artículo proporciona información sobre el impacto económico derivado de los ahorros relacionado con el uso de la crioablación percutánea para tumores de tipo desmoide desde la perspectiva del
Sistema Nacional de Salud, aportando información útil para el proceso de toma de decisiones en salud” apunta
José Antonio Narváez, autor del artículo y especialista intervencionista de la SERAM.
En el artículo se explicita que el coste total de la
crioablación percutánea (5.774,78 €/paciente-año) fue inferior al coste total de la crioablación convencional cirugía (6.780,98 €/paciente-año), lo que supone un ahorro de costes de hasta 80.002 € en 1 año para toda la cohorte de 80.
Los
tumores desmoides o fibromatosis profunda son tumores de tejidos blandos localmente agresivos, requiriendo intervención en algunos casos. La cirugía ha sido el estándar de oro, pero hay nuevas técnicas menos invasivas como la crioablación percutánea han demostrado su eficacia, reduciendo recursos sanitarios y complicaciones.
La crioablación en el sistema musculoesquelético
Es una técnica menos invasiva que la cirugía que permite la
destrucción de lesiones tumorales mediante la introducción de unas agujas especiales. Consiste en la destrucción de lesiones tumorales mediante congelación, que se consigue de forma percutánea, mediante unas agujas que alcanzan temperaturas en el
punto de salida inferiores a -100oC. Es eficaz tanto en los tejidos blandos, como en el hueso.
Se realiza esta técnica en
tumores desmoides extra-abdominales (tumor localmente agresivo), otros tumores de PB (endometrioma de pared abdominal, sarcomas no tributarios de otras terapias), metástasis óseas y tumores óseos benignos (osteoma osteoide, osteoblastoma, condroblastoma). Y también en el resto del cuerpo se emplea con éxito, sobre todo en riñón y pulmón.
Según Narváez, “la principal ventaja es que gracias a la
ecografía o a la tomografía computarizada (
TC) se delimitan con exactitud los límites del tumor, y se colocan de forma precisa las criosondas, con las que se congela el tumor, pudiendo visualizar en tiempo real la extensión de la zona tratada, asegurando que no se produzcan lesiones de estructuras vecinas. Lo que también permite controlar con precisión la actuación sobre tumores difíciles de tratar por su localización, al tiempo que hace posible tratar áreas de mayores dimensiones, y los
efectos de la crioablación se pueden comprobar de forma inmediata. Además, es un procedimiento menos doloroso que las ablaciones térmicas por calor (radiofrecuencia, microondas), por el efecto analgésico del frío, lo que permite realizar la crioablación bajo sedación, sin necesidad de anestesia general”.
En tumores primarios o secundarios
Cuando se trata de tumores primarios, la crioablación puede tener un carácter curativo. En el caso de los tumores secundarios -que han iniciado un proceso de metástasis-, especialmente en los huesos, el paciente puede experimentar
episodios de intenso dolor y con la congelación conseguida con la crioablación notan una clara mejora en los síntomas.
Narváez afirma que “es algo poco implantado en los hospitales. Las series publicadas de mayor número de casos de tumores óseos tratados incluyen del orden de 100 pacientes”.
El radiólogo lidera el tratamiento
El radiólogo lidera este tratamiento por ser realizado por vía percutánea, con la
guía de técnicas de imagen. “En el Hospital de Bellvitge el manejo de estos pacientes nos conllevó que empezáramos a visitar en consultas con los demás especialistas de la unidad de tumores MSQ, desde hace un año y medio. El paciente conoce al médico radiólogo que realizará el tratamiento, lo que permite conocer de primera en qué consiste el tratamiento y consultar todas sus dudas.”, comenta Narváez.
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