La Sociedad Española de Radiología Médica (
SERAM) establece una serie de principios para la protección de los pacientes en cuanto a las pruebas de imagen que usan
radiación ionizante. A este respecto, Radiología considera que "
salvan vidas y son necesarias", tal y como lo expresan en el documento que refleja el compromiso de la sociedad en cuanto a estas prácticas a través de algunas recomendaciones.
Pablo Valdés Solís, presidente saliente de la SERAM y director del Área de Radiodiagnóstico del Hospital Costa del Sol, subraya que "
la obligación de los profesionales es optimizar el uso de estas radiaciones para intentar, en primer lugar, usarlas solo si es estrictamente necesario. Y, si se usan, seguir las recomendaciones que se publican en los diferentes documentos o recomendaciones de las sociedades científicas".
Dicho objetivo de seguridad "
implica a todos los profesionales que intervienen en el cuidado del paciente: desde el médico que solicita la prueba, al técnico que la hace o al radiólogo que la supervisa e informa", explica Valdés Solís. En esta misma línea, enumera varios aspectos que se deben señalar:
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Se definen las responsabilidades en todo el proceso, desde la petición de la prueba a la realización final de la misma, y se reconoce al radiólogo como responsable final.
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Hay que informar al paciente de los riesgos asociados a las radiaciones ionizantes, lo que puede ser complejo en ocasiones y precisa formación para los médicos peticionarios.
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Se deben registrar las dosis que se suministran a los pacientes en determinadas técnicas (en general, los que suponen mayor dosis).
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Los requisitos de las instalaciones y del personal son mayores, con más exigencias en cuanto a seguridad y controles de calidad.
Valdés Solís hace especial hincapié en la formación necesaria de los profesionales ya que "la Radiología es una especialidad de gran complejidad y obliga a los sanitarios a mantener una exigencia importante en formación". A esto añade que "
no se puede hacer un uso seguro de las radiaciones ionizantes sin una instrucción continuada" y, para ello, "contamos con el asesoramiento de los radiofísicos de los centros hospitalarios y todos los programas de enseñanza que se imparten en nuestros centros".
Radiación ionizante, principales riesgos para los pacientes
Por su parte,
Alfonsa Friera Reyes, responsable de Asuntos Profesionales de la SERAM y jefa del Servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid, establece una serie de "
riesgos tangibles ante algunas pruebas intervencionistas terapéuticas que precisan altas dosis y pueden causar efectos locales en la piel". En todo caso, se tratan de "exploraciones excepcionales y la mayor parte de ellas se realizan en casos muy graves con compromiso de la vida del paciente".
En cuanto a los profesionales que llevan a cabo este tipo de exploraciones, "trabajan dentro de la sala de exploración y pueden recibir dosis importantes". Por ello, Friera Reyes asegura que "es crucial el conocimiento de esta herramienta, el uso de barreras físicas (delantales, cortinas, gafas plomadas, etc.) así como contar con equipos actualizados que consiguen reducir de forma considerable la dosis necesaria para obtener imágenes y emplear herramientas informáticas para evitar mucha de esta radiación".
La obsolescencia merma la calidad y seguridad del paciente
Desde la SERAM, junto a otras entidades como la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (
Fenin), "se ha puesto de manifiesto en muchas ocasiones
la obsolescencia tecnológica de los equipos de imagen en la sanidad española, lo que supone una merma tanto para la calidad de las exploraciones realizadas como para la seguridad de los pacientes y profesionales", apunta Friera Reyes. A esto añade que "ha tenido que responder
Europa destinando una partida de los fondos de resiliencia adjudicados a España a la renovación de nuestro parque tecnológico sanitario que es uno de los más obsoletos de Europa".
"El avance tecnológico, tanto a nivel de los elementos que generan la imagen (tubos de rayos y detectores) como a nivel de software, que permite mejorar la imagen obtenida con menos dosis de radiación o, incluso, el uso de inteligencia artificial para esta obtención de imagen, puede suponer una reducción muy importante de dosis, tanto a pacientes como a profesionales", sostiene Friera Reyes, y concluye que "
no podemos permitir que equipos obsoletos sigan prestando servicio, por la seguridad de todos".
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