Las
nuevas tecnologías han cambiado las sociedades modernas de forma considerable. Todos los sectores han tenido que, de una u otra manera,
evolucionar al ritmo de los avances tecnológicos. También se ha dado ese cambio de paradigma en la sanidad, y concretamente, en la especialidad de
Radiología.
Desde que en 1896 la disciplina comenzara a dar
sus primeros pasos en España, y que en 1910 la Radiología española tuviera
su primer gran hito al reunir a casi 200 médicos españoles y otros 56 facultativos extranjeros en el
V Congreso Internacional de Electrología y Radiología Médicas, actualmente la especialidad vive al ritmo de las nuevas maquinarias, sistemas y métodos que los avances tecnológicos ofrecen. Un cambio en la
manera de trabajar que se ha acentuado en las últimas décadas por la rapidez que la evolución tecnológica ha tenido durante los últimos años.
Testigo de esa tendencia está siendo
Tomás Ripollés, jefe de Servicio de Radiología del
Hospital Doctor Peset de Valencia y miembro de la Sociedad Española de Radiología Médica (
SERAM). Ripollés subraya que ha vivido el cambio
de una Radiología “simple”, a una con toda una “batería de técnicas”, y añade: “He vivido la aparición de la ecografía, la tomografía computarizada o la resonancia. Un momento importante de la especialidad fue cuando empezamos a trabajar por órganos y sistemas, el poder disponer de todas las técnicas para el estudio del paciente”. Es por ello que el responsable de la Radiología del hospital valenciano recalca que de lo que aprendió durante su residencia, hoy por hoy, le sirve “apenas un 5 por ciento”.
De ese cambio también son conscientes las
nuevas generaciones de profesionales sanitarios que van incorporándose al mundo de la Radiología. Un ejemplo de ello es
Darío Herrán de la Gala, residente de cuarto año en Radiodiagnóstico en el
Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander y representante de Residentes de la SERAM, que valora de manera
positiva la adaptación constante que han tenido que hacer los facultativos más veteranos como Tomás Ripollés: “Su perspectiva es muy importante porque son el reflejo de que se requiere un elevado compromiso con el fin de
estar actualizado y porque aportan los conocimientos de alquien que tiene una dilatada experiencia basada en la
visualización repetida de casos”.
Además, Herrán de la Gala pone en valor ese cambio tecnológico, puesto que permite a los residentes una
especialización más concreta: “La Radiología se encuentra
a la vanguardia en cuanto a los avances tecnológicos en Medicina, permitiendo la
subespecialización en prácticamente cualquier área de la misma”.
Del formato analógico al digital
La
imagen ha recabado una importancia significativa en el mundo de la Radiología, y los
PACS (Sistema de Comunicación y Archivado de Imágenes), son una prueba de ello. “La
rapidez en la adquisición de las imágenes en las técnicas, especialmente en el TAC (tomografía computarizada) o la RM (resonancia magnética),
ha beneficiado al paciente y ha mejorado la calidad de las mismas, pero también ha incrementado el número de imágenes a revisar”, detalla Ripollés.
Ese cambio a lo digital también ha favorecido el desarrollo de la
fusión de técnicas. Para el facultativo del Hospital Dr. Paset es “
muy importante” en el día a día la posibilidad de consultar la historia clínica, ya que argumenta que es “
esencial” para decidir protocolos o realizar informes.
"El futuro de la Radiología es prometedor"
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Se necesitan radiólogos
Ripollés y Herrán de la Gala coinciden en que el presente de la especialidad es “
prometedor”: “
Se necesitan radiólogos en muchas instancias del sistema de salud”. “Algo impensable cuando yo terminé la especialidad”, apostilla Ripollés.
El desarrollo de
nuevas técnicas y el aumento incesante de la
demanda de exploraciones han hecho que las pruebas de imagen sean
herramientas fundamentales en el diagnóstico, según Tomás Ripollés. Aunque apunta a que un incremento de la carga tiene su aspecto negativo, como
delegar algunas exploraciones como la ecografía en manos de otras especialidades. Todo esto, junto a la subespecialización y el mayor contacto con los clínicos, hace que
el papel del radiólogo en el manejo clínico sea “decisivo”, recalca.
No obstante, a pesar de que los profesionales de la Radiología juegan un
papel clave en el día a día del sistema sanitario, Ripollés argumenta que
no logran la visibilidad que merecen ante las direcciones hospitalarias.
Herrán de la Gala, por su parte, pone el enfoque en los protocolos de atención y en los
sistemas de gestión de las listas de espera de los pacientes, ya que considera que deben
actualizarse. También apunta a que “beneficiaría” a la especialidad tener un
funcionamiento ininterrumpido: “Existe literatura académica que relaciona los errores de interpretación radiológicos con la fatiga visual tras los turnos de más de doce horas de trabajo”, zanja.
"Los informes sin información clínica tienen menos valor y nos hacen invisibles"
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Un futuro muy tecnológico
Para las próximas décadas
la evolución de la especialidad tenderá a ir hacia la inteligencia artificial. Es una de las predicciones que hacen ambos radiólogos. Herrán de la Gala cree que con dicho avance conseguirán implantar
más oportunidades laborales en el sector, mientras que Ripollés apuesta por la
adaptación a la misma por el bienestar de la propia Radiología.
“Los informes realizados sin información clínica tienen menos valor y nos hacen invisibles, y como consecuencia de esto, quizá en un futuro
prescindibles. Un reto importante es hacer frente al aluvión de peticiones de pruebas radiológicas”, sentencia el facultativo del Hospital Dr. Peset.
El futuro de la Radiología española estará en manos de las próximas generaciones de sanitarios, como el propio Darío Herrán de la Gala. Es por ello que, y consciente de que ese
cambio generacional se dará en unos años, el médico del hospital valenciano, Tomás Ripollés, pide a los hoy residentes que mantengan la ilusión y que disfruten de su trabajo para poder ofrecer un
servicio de más calidad: “Que aprovechen y utilicen todos los conocimientos adquiridos en beneficio de los pacientes”. Una preparación con la que cuentan, admite.
En una época en la que la tecnología ha tenido gran relevancia en el sector de la salud, Ripollés confía en la
facilidad de adaptación de los próximos profesionales de la Radiología: “Su familiarización con la tecnología hace que estén
más interconectados y que añadan fácilmente conocimientos y habilidades”, subraya.
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