Tras el
Día internacional de la Medicina de Urgencias y Emergencias, que ha sido este sábado, desde la Sociedad Española de Radiología Médica (
SERAM) se pone de manifiesto que entre 6 y 8 pacientes de cada 10 pacientes que acuden a los servicios de Urgencias, son sometidos a una o más
pruebas de imagen urgentes, por lo que se realizan aproximadamente
15 millones de estudios radiológicos de este tipo al año en hospitales públicos. A eso hay que añadir otros estudios urgentes practicados a pacientes ingresados y de UCIs, tal y como han apuntado desde la propia sociedad médica.
Se estima que cada 8-10 años se duplica en los grandes hospitales la cifra de
tomografías computarizadas (TCs) urgentes, cuya complejidad también se ha visto incrementada. Según
José María Artigas, expresidente de la Sociedad Española de Radiología de Urgencias (Serau), una de las secciones de la SERAM, “la TC es la 'herramienta estrella' en
patología urgente, que ha revolucionado todas las pautas de actuación clínica “de cabeza a pies”.
El empleo de TC en Urgencias es hoy imprescindible en el manejo de patologías como el
ictus, dolor torácico, abdomen agudo, hemorragia digestiva o traumatismos graves, entre otros. Mejora la confianza diagnóstica y la decisión de ingreso o alta y reduce la estancia media y los costes hospitalarios.
También la
ecografía sigue siendo una herramienta esencial en Urgencias, según apunta la SERAM. La demanda de estudios crece en cantidad y especialmente en complejidad, por lo que es importante un entrenamiento adecuado. “En ámbitos clínicos se ha definido como 'el fonendoscopio de nuestros días', lo que considero un planteamiento arriesgado; son de sobra conocidos el sesgo inherente a mezclar
juicio clínico con impresión diagnóstica por imagen o la sobreutilización. El empleo idóneo de la imagen integrada es una de las claves formativas del radiólogo”, puntualiza Artigas.
En el caso de la radiografía simple, especialmente
osteoarticular y tórax, sigue siendo de gran utilidad en Urgencias, donde se realizan la mitad del total de este tipo de estudios realizados por el Servicio de Radiodiagnóstico, cuya cifra se mantiene o crece ligeramente en la mayoría de los centros. Sin embargo, la
resonancia magnética (RM) se va abriendo paso poco a poco como apoyo diagnóstico a la Medicina de Urgencias (MUE), añade la nota de prensa.
Importancia de la Radiología de Urgencias
La gran demanda de imagen urgente obligó a dedicar recursos que cobraron luego “vida propia”, propiciando una nueva forma de hacer Radiología como respuesta a las necesidades específicas del paciente urgente y a las pautas cognitivas de la
MUE. “La Radiología de Urgencias (RU) es aquella que no puede programarse. Significa gestión para organizar y templanza para hacerlo en un contexto clínico y humano a veces difícil. Además del diseño y evaluación continua de los
circuitos asistenciales con otros servicios y dentro del Servicio de Radiología. La protocolización de exploraciones y de situaciones críticas (averías, saturación, catástrofes) puede evitar errores y atascos en los procesos” señala Artigas. Además, “permite disponer de forma inmediata de información precisa sobre un paciente del que puede desconocerse todo, reviste importancia máxima” puntualiza.
La Radiología se ha integrado de forma eficaz y eficiente en los
algoritmos y protocolos de actuación de los servicios de Urgencias hospitalarias, siendo una herramienta clave en el manejo de su casuística, desde los casos más graves a los leves, con el fin de derivar a cada uno al dispositivo asistencial adecuado.
Artigas comenta que “el papel del radiólogo es fundamental, priorizando aquellas exploraciones más 'tiempo-sensibles', como un estudio TC en un ictus potencialmente tratable, o comunicando de forma inmediata los hallazgos más relevantes en el plano vital o funcional, como un foco de hemorragia en un
traumatismo, primera causa de mortalidad evitable en este
contexto clínico. Y tanto en centros grandes como en pequeños, allá donde un clínico solicite una exploración urgente, un radiólogo deberá validarla rápidamente y gestionar luego su realización según la situación clínica del paciente y los recursos disponibles”.
El radiólogo de Urgencias debe “esperar lo inesperado”, identificar de inmediato cualquier hallazgo que implique riesgo vital o funcional, y ser capaz de evaluar grandes volúmenes de pacientes/estudios, incluso gestionar catástrofes. Todo ello, a horas intempestivas, con frecuentes interrupciones y en un ambiente tendente al caos.
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