Según la Organización Mundial de la Salud (
OMS), las
varices son, tras las caries dentales, la
enfermedad de mayor prevalencia en el mundo. Según estudios epidemiológicos, alrededor del 25 por ciento de la población podría tener varices gruesas y el porcentaje se dispara hasta el 70 por ciento si se incluyen problemas estéticos como venas finas y arañas.
Pese a esa amplia incidencia, señala
Francisco Loyola Echaniz, miembro de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (
Servei) y radiólogo en la Unidad de Radiología Intervencionista del Hospital Universitario de Donostia, “
muchos de los pacientes con varices no presentan síntomas”. Cuando estos síntomas sí se dan, las
varices aparecen acompañadas de pesadez en las piernas y los pies, hormigueo, dolor, hinchazón, picor o quemazón alrededor de la vena, cambios de color de la piel, calambres nocturnos, etc. “Estos síntomas suelen empeorar a lo largo del día, al estar sentado o de pie durante períodos prolongados y durante las épocas cálidas del año”, sostiene Loyola, que añade que solo un pequeño porcentaje de las personas con varices sufre
complicaciones más graves como dermatitis,
trombosis venosa superficial, inflamación de las venas (flebitis),
úlceras o
hemorragias.
Durante muchos años, la
única opción terapéutica que ha existido para hacer frente a las
varices era la cirugía tradicional. De hecho, lamenta el experto, “salvo contadas excepciones” esa alternativa es la que se sigue ofreciendo hoy en día a los pacientes en muchos hospitales públicos. Sin embargo, gracias al avance de la Ciencia y las
nuevas tecnologías, en la actualidad existen múltiples técnicas (el
láser endovascular, la
radiofrecuencia, la
ablación mecánico-química, la
embolización por medio de adhesivo biológico, etc.) que permiten solucionar el problema de las
varices de una forma “sencilla, eficaz y muy poco invasiva”. “Son técnicas todas ellas bien conocidas por los
radiólogos intervencionistas. Sin embargo, cabe destacar que en muchas ocasiones el propio paciente desconoce la existencia de las mismas, de ahí nuestro intento por
visibilizar la enfermedad y sus opciones terapéuticas”, añade.
Estas nuevas técnicas, subraya el portavoz de la Servei, permiten además
tratar a los pacientes sin necesidad de ingreso hospitalario, sin anestesia epidural, sin suspender la medicación que estén tomando y sin necesidad de convalecencia posterior. “Podemos tratar a pacientes independientemente de su edad, enfermedad de base y medicación habitual, lo cual amplía muchísimo el abanico de pacientes susceptibles de mejorar significativamente su calidad de vida”, argumenta.
Mucho más que un problema estético
Muchas veces la población general ve en las
varices un simple problema estético. Sin embargo, se trata de una cuestión de salud que en determinados casos provoca
síntomas que afectan a la calidad de vida de los pacientes. Las varices son producidas por la
debilitación de las válvulas encargadas de controlar el flujo de la sangre. Éstas, al debilitarse y no permitir que la sangre retorne de manera adecuada, provocan que la sangre se acumule en las venas, aumentando la presión en sus paredes hasta debilitarlas y abultarlas. “Es entonces cuando la vena enferma, se hace más gruesa y se convierte en una vena varicosa”, explica el doctor Francisco Loyola.
Para determinar si se trata de un problema únicamente estético o si, por el contrario, existe enfermedad subyacente es fundamental realizar una
ecografía Doppler, una prueba no invasiva imprescindible para un primer diagnóstico. “En base a los hallazgos en dicha
ecografía, a la exploración física y a la historia clínica del paciente podemos determinar la necesidad de tratamiento y realizar una recomendación específica. Como radiólogos intervencionistas consideramos que, en caso de insuficiencia venosa, es conveniente tratarlo, sobre todo si ya existen complicaciones como edema,
lesiones en piel,
trombosis, hemorragias o úlceras”, afirma el experto, que considera que es “importante” no subestimar nunca el problema de enfermedad venosa y ser conscientes siempre de las posibles complicaciones y problemas en su evolución.
“Siempre será más fácil realizar una recomendación terapéutica cuando se trata de una i
ntervención endovascular mínimamente invasiva en vez de una cirugía. Como Radiólogos intervencionistas contamos con una amplia experiencia en el manejo de la ecografía Doppler, de catéteres y guías, y en punciones directas ecoguiadas; gracias a lo cual logramos muy buenos resultados en el tratamiento de todo tipo de
varices y aportamos grandes
beneficios al paciente que las sufre, incluso en los casos más complejos o con múltiples cirugías previas”, concluye.
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